MARIA:
Cojo aire y enseguida reconozco el olor a tierra mojada,
musgo, hierva...a bosque. Me apoyo a la barandilla mirando la oscuridad que me
envuelve, me encanta este lugar, esta casa, me alegra que As insistiera en
venir a pasar unos días.
Me tapo mejor con la bata de seda, parece que está
refrescando pero no me apetece entrar en la habitación y meterme en la enorme
cama sola, es como si me faltara algo...mejor dicho alguien.
Espero que este bien...que estén bien. Después de la llamada
de Caleb se había tirado media tarde organizando cosas con Noah y Adam por
teléfono para irse justo antes de cenar. Sabía lo que habían ido a hacer y que
no era algo rutinario aunque As había querido quitarle hierro al asunto.
Incapaz de cenar nada me había refugiado aquí en la terraza de nuestra
habitación, intentando no pensar y relajarme.
Un escalofrío me recorre erizándome la piel, me froto los
brazos con las manos y decido entrar. Una vez dentro cierro bien las ventanas
como me ha pedido que hiciera As, aunque se que también ha dejado berserkers
custodiando la casa... sonrío, tan sobre protector como siempre.
Me quito la bata y me meto en la cama solo con el camisón
negro
Me arropo con la sábana y suspiro. Me paso la mano por su
marca en el hombro, esa que me enfado tanto que me hiciera y que ahora luzco
orgullosa... ¿Por qué me escuece? ¿Por qué estoy pensando en él? O ¿Por qué él
piensa en mi?
- Vuelve entero mi
guerrero.
Susurro a la oscuridad antes de cerrar los ojos e intentar
dormir.
AS:
Gruño y pego un porrazo al volante del coche, estoy furioso
porque hemos tenido uno de los ataques de esos malditos engendros de loki. Y han atacado a dos de mis chicos, aunque yo
también tengo lo mío, pero tan solo un par de rasguños que cruzan mi pecho
mostrando mi torso desnudo y con algo de sangre. Me miro cuando he aparcado a
la puerta de casa y observo que María haya dejado todas las ventanas cerradas,
así es. Sonrío al ver que mi mujer es muy obediente en cuanto a reglas de
protección.
- Ya llego bella...ya
llego.
Murmuro y me miro las heridas, pero no son más que
superficiales, pero como María las vea seguro que hace más dramón de lo que en
realidad es, por eso decido bajarme del coche y entrar en casa sin hacer mucho
ruido, no quiero despertarla ni alarmarla por bobadas, es cierto que escuecen
un poco, pero nada que no se pueda soportar.
Avanzo con cautela por las escaleras hasta llegar al piso de
arriba, me meto en uno de los baños y me quito la camiseta desgarrada y mojo un
poco de agua en mis manos pasándolas después por las heridas. Trago saliva y
siseo con suavidad para no despertarla. Una vez limpia la sangre, aunque las
heridas estén será menos alarmante. Salgo del baño pero sin querer una ráfaga
de viento que viene de una de las ventanas que está mínimamente abierta hace
que la puerta del baño del pasillo se cierre dando un portazo que suena como un
trueno.
- ¡Joder!
Hasta yo me asusto del golpetazo y voy hacia la habitación donde
María ya está sobresaltada sentada en la cama y dispuesta a correr hacia donde
venía el ruido. Cierro la puerta de la habitación y me giro.
- Tranquila kone, ha sido culpa mía, ya estoy aquí.
Lo digo con una sonrisa de oreja a oreja en los labios esperando
en vano que no se fije en los dos garrazos que atraviesan mi pecho. Su cara se
horroriza y la mía cambia a resoplar.
- No pasa nada nena,
no ha sido nada, de verdad.
MARÍA:
Un tremendo ruido me despierta de golpe. ¿Hay alguien en la
casa? o por los dioses que As este bien.
Me pongo en pie rápidamente pero antes de poder hacer nada
más lo veo de pie, con su pecho cruzado por dos zarpazos, escucho su voz aunque
casi no le presto atención.
- Ya lo veo
Trago el nudo que me atenaza la garganta y corro a sus
brazos, agarrándome fuerte a sus hombros y enterrando mi cabeza en su pecho.
- Te duele mucho?
Me aparto de él y miro bien los zarpazos. Él sigue
quitándole importancia y diciendo que mañana estará mejor.
- Scusa pero no....eso se tiene que coser...y no me vengas
ahora con el chii.
Me pongo de puntillas, le doy un suave beso en los labios y
voy al baño a buscar el botiquín. Lo escucho refunfuñar y quejarse.
- Tu nieta no dijo ni mu
Justo en ese momento se calla de golpe y yo sonrío mientras
lo cojo de la mano y lo siento en la cama. Me arrodillo enfrente de él y
empiezo a coserlo con mucha delicadeza.
- Quien me iba a decir que alla mia eta iba a estar cosiendo
a ser mitológico.... y que encima es mi mann.
Lo miro con orgullo y dejo un beso en su pecho a la altura
del corazón cuando acabo de coser.
- Creo que ya está.
Llevo mis dedos a su cara y repaso cada uno de los rasguños
de sus mejillas y frente.
Nos quedamos en silencio mirándonos el uno al otro, sin
decir nada. Dos lágrimas se escurren de la prisión de mis ojos al notar su
cálida mano acunando mi mejilla, cierro los ojos y dejo que su calor me
consuele.
- Tenía un mal presentimiento...espero que no hayas perdido
muchos hombres hoy
Aunque en realidad estoy diciendo, me alegro que hayas
vuelto a mi lado hoy.
Su olor me tranquiliza tanto, se sosiega, me calma, me
centra. Respiro hondo y al abrir los ojos lo veo a centímetros de mi. Sin decir
nada más me besa reteniendo mi cara entre sus fuertes y masculinas manos.
AS:
Aprieto con mis pulgares sus mejillas profundizando nuestro
delicioso beso. Me encanta cuando se preocupa por mí, como me cuida, es tan
maravillosa... Mi lengua vaga por su boca, acariciando su lengua con pasión y
engulléndola para mí. María se agarra a mis caderas con sus pequeñas manitas y
deslizo las mías hasta su cuello, moviendo mis yemas por él proporcionándola
caricias suaves y delicadas.
Pasado un buen rato me despego de su boca a regañadientes,
soltando un gruñido que procede de mis entrañas, me separo un palmo de su
cuerpo echando mi torso hacia atrás y la observo de arriba abajo, arrodillada
delante de mí.
- Gracias preciosa, siempre tan lista y efectiva para
todo...
Ella me toca y acaricia por el cuerpo con sus manitas y yo
respondo con ronroneos mimosos y agradecidos por lo que me hace. Adelanto mis
manos y acaricio con delicadeza sus curvas cuando vuelve a susurrar que estoy
aquí.
- Claro que sí preciosa...no pienso dejarte sola, no quiero
abandonarte, nunca podré aceptar algo así.
Se abraza a mi cuerpo con cuidado de mis heridas y sonrío al
ver lo cuidadosa que es en todo momento, la cojo en brazos y la siento encima
de mis piernas. Reviso su figura y me quedo sin aire. Muevo mi boca y la saliva
se apelotona, pero....
Pestañeo rápidamente y sin llegar a creérmelo, las heridas y
el momento me han distraído, ¿Cómo puede ser? Pongo una mano en la fina tela
negra de su camisón y lo alzo hasta llegar casi a sus ingles.
-María...estás preciosa. Mmmmm mi bella...¿te has vestido
así para darme la bienvenida? ¿El regreso a tu lado?
Sonrío con ternura y con picardía a la vez. Bajo mi mirada
por su cuello, hasta su canalillo y me quedo impactado al ver como sus pezones
ponen en tensión la telilla que cubre sus pechos...aunque eso de cubrir, solo
dificulta la vista..pero ¡oh dios! Como me pone que lleve estas ropitas, es
impresionante como puede lucir algo tan provocativo como esto con tanta
elegancia.
Algo reacciona en mi cuerpo abultándose sin poder retenerlo,
tener estas vistas de mi kone no ayuda y menos notar y sentir como la
temperatura de su cuerpo también sube. Aunque sus mejillas indican como se
ruboriza al sentir la presión en su dulce culito alzándolo mínimamente.
-Perdona...tienes ciertos efectos en mí que son
incontrolables.
Sonrío y me paso la lengua por los dientes con cierto toque
de provocación. La estrecho con mi brazo a mi cuerpo hincando su costado en mi
pecho. Olisqueo por su pelo su delicioso aroma a jazmín y rozo en círculos
hasta su cuello. Sigo el camino de su venita y luego paso la lengua hasta el
lóbulo de su oreja capturándolo entre mis dientes.
MARIA:
Me encojo y todo mi cuerpo tiembla por su contacto, mis ojos
bajan hasta mis manos y me quedo paralizada al verlas manchadas con la sangre
de As.
Me levanto rápido de sus rodillas escuchando un gruñido como
respuesta y me escapo de entre sus manos que intentan sujetarme.
- Mis manos...yo...tengo que lavármelas
Cojo lo que he utilizado para coserlo y salgo corriendo
hacia el baño, tiro las gasas en la basura y empiezo a lavarme las manos con
mucho jabón con la mirada perdida en ellas.
Doy un respingo al notar la presencia de As detrás mío y
escucho su voz ronca de deseo y a la vez contenida preguntándome si estoy bien.
- Si, si...solo que mis manos estaban....manchadas de tu sangre
y yo....
Suspiro e intento tragar el nudo de mi garganta. Antes de
darme cuenta estoy entre sus brazos, rodeando su cintura con mis piernas y su
lengua recorriendo mis labios.
- Por la diosa ¡As!...
No puedo acabar de hablar ya que sus labios retienen los
míos, suspiro y me dejo llevar por el mar de sensaciones que provoca este ser
inmortal en mi.
Enredo mis manos mojadas en su pelo y dejo que me bese como
él quiere, a su manera, siguiéndolo y dándole la replica.
-Ooouu...jejeje
Me río al notar como me levanta, torpemente, el camisón y me
sienta en el frío lavamanos sin dejar de besarme.
- ¿Y si me lo quito guerrero?
Mi voz sale a trompicones ya que no consigo respirar bien,
nunca hubiera pensado que alguien pudiera afectarme tanto...su piel incendia la
mía con solo rozarla.
Me baja y se aparta un poco de mi, sin separar sus rojos
ojos de los míos y con su respiración entrecortada me susurra "a que
esperas bambina". Jadeo al escucharlo hablar en italiano...sabe que me
derrito con eso.
Camino hasta él le dejo un suave beso en sus labios, cojo su
mano y estiro de él hasta la habitación otra vez. Me quedo de espaldas y bajo
lentamente los dos tirantes del camisón, primero uno...luego el otro, saco mis
brazos sujetando el camisón para que no caiga al suelo. giro mi cabeza y lo
miro por encima de mi hombro...lo que veo me deja sin aliento, esta de pie con
sus ojos como dos rubís, sus manos apretadas a los lados, una sonrisa lobuna en
sus labios y una más que evidente erección...dioses y este hombre es mío...solo
mío.
-¿Bien guerrero?
Él afirma con la cabeza. Sin separar mis ojos de él dejo
caer el camisón que hace un suave susurro de seda al pasar por las formas de mi
cuerpo y noto como me ruborizo al notar sus ojos recorriendo mi cuerpo con esa
mirada hambrienta.
AS:
Me paso la lengua por los incisivos y siento como mis
pantalones de chándal negros van a estallar con la preciosa y excitante visión
que mi kone me está ofreciendo. Abro los ojos como platos cuando su cuerpo
queda descubierto menos por ese tanga tan ‘oportuno.’
Tengo que tragar saliva para no estrellarla contra la pared.
Resoplo y me acomodo la erección con disimulo, pero el simple hecho de rozarme
según observo su perfecta espalda y sus nalgas redondeadas hace que me ponga
peor.
- Bella...eres tan hermosa.
Mi voz sale ronca y entrecortada. Cuelo mis dedos en la
cinturilla de mi pantalón y me los saco junto al calzado. María mira de reojo
por encima de su hombro y para provocarla deslizo mi mano sobre mi miembro
llamando su atención.
Me muerdo el labio cuando veo que su pecho bambolea excitado
y sus pezones se están poniendo duros sin haberla ni siquiera tocado. Avanzo
dos pasos muy lentamente hasta quedar a su espalda.
Alzo una de mis manos y la paso por su brazo pero sin tocarla.
Jadea y sonrío triunfante de conseguir lo que consigo en su cuerpo con ni
siquiera tocar su piel. Mi erección da un brinco y se choca contra el inicio de
sus nalgas.
- No te haces una mínima idea de lo que me estoy
controlando. Sería capaz de devorarte entera, de un solo bocado, kone.
Murmuro lo último muy cerca de su oreja y dejo que la punta
de mi lengua roce su lóbulo. Su cuerpo se estremece debajo de mí y decido
acariciar sus curvas con las yemas de mis dedos. Me humedezco los labios y los
acerco a su cuello, apartando con una mano su sedoso pelo dejándolo sobre uno
de sus hombros. Saco mi lengua y repaso todo el lado izquierdo de su cuello
bajando por la clavícula.
-Deliciosa bella. Me vuelves loco, completamente loco.
Con mi mano libre rodeo su vientre y acaricio a la altura de
su ombligo deslizando mis dedos hasta el inicio de su sexo, se arquea contra mí
gimiendo y esos gemidos activan en mí el punto que me faltaba para estallar.
Deslizo uno de mis dedos sobre su sexo, por dentro de su
fino tanga y froto delicadamente su botón en círculos con la yema hasta que
oigo como gime en mi oreja, mordiéndome el lóbulo y diciendo que no me
controle. Gruño y agarro con fuerza su oreja, la muerdo y tiro de ella hacia mí
haciendo que arquee todo su cuerpo contra el mío, entreabre sus piernas y
deslizo el dedo corazón hacia su entrada, lo froto haciendo que mueva su pelvis
contra mis dedos.
- ¿Que pasa bambina? ¿Que quieres que te haga?
Un brillo malicioso y perverso cruza por mis ojos y ella
hace un movimiento de pelvis contra mi erección dándome un golpecito con su
delicioso y esponjoso culo en forma de queja. Suelto una ligera carcajada y sin
previo aviso meto mi dedo en su interior rotándolo ansioso por todas sus
paredes.
- ¿Era esto lo que deseabas? ¿Quieres más...?
Sus muslos se contraen, echa una mano atrás por encima de mi
hombro, hacia mi nuca agarrándome el pelo y tira de él con fuerza haciéndome
tirar mi cuello hacia atrás. Suelto un rugido y mi erección pega otro brinco.
Froto un dedo sobre su botón y el corazón contra su pared frontal haciendo que
humedezca tanto que mi mano se cubre con sus jugos.
- ¡Por Odín! Vas a hacer que me descontrole...
Mis incisivos cosquillean y mis ojos cada vez se ponen de un
rojo más intenso, subiendo en la gama de los oscuros. Saco mi mano de su sexo,
arranco el tanga de un movimiento y la doy la vuelta con mi otra mano haciendo
que suelte mi pelo. La rujo en los labios y la empujo contra la pared.
Paso una mano por detrás de ella hasta abarcar una de sus
nalgas, hago que alce su pierna quedando su muslo contra mi cadera y mi
erección encajada entre sus labios vaginales. Me hinco más y me froto
descaradamente soltando gemidos roncos y placenteros.
-Mmmm...María...
Aprieto mi mano en su nalga tan fuerte que mis dedos quedan
impregnados en su piel. Poso mi boca en su hombro y deslizo mis labios hasta
uno de sus pechos, lo rodeo con mi lengua hasta llegar a su pezón. Lo bordeo
torturándola para que desee que muerda y acoja su pezón duro y excitado entre
mis dientes pero cuando me quiero dar cuenta, la mano de María tensa mi pelo y
me obliga a meter su pezón en mi boca, cierro mis dientes y lo muerdo a la vez
que paseo mi lengua de arriba abajo.
- Joder....grrrrr.
Me hincho entre su sexo y rujo embriagado por su olor y por
las sensaciones que me provoca cuando se atreve a manejarme como un peluche
tirándome del pelo. Tenso los músculos de mi cuerpo quedándoles marcados, las
venas se me hinchan y siento que cada vez estoy más cerca de perder el control
con ella.
MARIA:
Doy otro tironcito de su pelo y separo su boca de mis
pechos, él me responde con un gruñido, sé que se esta reteniendo que aÚn
mantiene un poco de su control.
Subo su cabeza hasta mi altura y me quedo mirando sus ojos
rojos, acerco mis labios y voy besándolo des de la comisura de sus labios hasta
su oído.
- Una mujer puede
agarrarse a mi pelo mientras me meto dentro de ella, tan dentro como su cuerpo
me deje
Susurro las palabras que un día me dijo y que tanto me
afectaron.
- Y mientras hago eso, ella me sostiene y mira a mis ojos
rojos para que sepa que muero por ella....- vuelvo hacia sus labios y fijo mis
ojos en los suyos- que me quemo por
ella. Por mi Kone.
Atrapo o me atrapa mis labios y nuestras lenguas empiezan a
danzar a luchar sin necesidad de proclamar vencedor. Me separo jadeante.
- Soy tu Kone, me he
agarrado a tu pelo, me sostengo y miro tus impactantes ojos rojos...no me
asustas...ya no... a que esperas guerrero... métete dentro de mi… -Noto como su
miembro crece contra mi sexo y como con un leve movimiento de sus caderas su
punta ya esta rozando mi entrada.- …tan adentro como mi cuerpo te deje.
Un fuerte gemido se escapa de mis labios cuando se hunde
casi del todo en mí de un golpe. Cierro los ojos y me estremezco al notarlo tan
grande... yo le he pedido que no se
controlara, ¿no?.
¿Estas bien? me lo susurra mientras yo afirmo con la cabeza
y muevo mis caderas para que acabe de entrar.
- No pares mi guerrero.
AS:
Gruño y agarro sus costados con mis manos apretándola aún
más contra la pared, deslizo mi mano suavemente hasta su muslo y lo agarro para
subir la altura de su pierna sobre mi costado, abriendo su sexo más a mi
pelvis, doy otro duro golpe y me introduzco por completo dentro de ella. Sus
jugos se expanden por mi miembro y me mojan por completo. Muevo mis caderas
saliendo y volviendo a entrar apenas unos centímetros de mi ancho y alargado
miembro.
-Joder...Kone, me pones mucho. Y te aseguro que tu cuerpo...me deja entero, eres mi pareja, mi amiga, mi refleck, entero Kone, ábrete para mí.
Mis palabras salen entrecortadas al sentir como su cuerpo me aprieta cuando estoy parado dentro de ella, me estruja. Es tan estrecha... Cojo aire y lo suelto contra su oreja provocando que María se arquee, su cabeza esté contra la pared y su cuerpo esté vendido a mí como una ofrenda al más exquisito pecado.
Agarro con una de mis manos su culo, con otra su pierna y con mi boca engullo uno de sus pechos. Un ruego sale de su boca y empiezo a moverme muy lentamente dentro de ella, rotando mis caderas para hacerme sitio entre sus paredes. Tira más fuerte de mi pelo y dejo arrastrar mis incisivos por su pecho mientras sale de mi boca. Alzo la mirada y diviso con verdadero fuego los ojos empañados en lágrimas de placer de María.
-Bella...muévete conmigo, hazme también tuyo.
Sus manos giran en mi pelo y su cuerpo serpentea de tal forma que mi polla va investigando cada rincón más inaccesible de su interior. Suelto un aullido que retumba por nuestra habitación y de un bote la subo y hago que me rodee con sus piernas.
Mis manos ascienden por sus curvas hasta acabar a la altura de su cuello, lo rodeo con una mano y hago que alce hacia arriba su barbilla a la vez que mi pelvis comienza a taladrarla más y más rápido, aumentando la velocidad y la intensidad de mis embestidas. Con la otra mano me sujeto a la pared y no ceso en mis movimientos.
-Arrggg...¡María!
Saco mi miembro casi por completo de dentro de ella y vuelvo a entrar hasta que mi bolsa choca contra su otra entrada. La habitación se funde de gemidos y gruñidos de ambos.
Aprieto más mi mano en su cuello y deslizo mi boca por su cuello de arriba abajo haciendo que solloce al sentirme tan dentro, poseyéndola a mi verdadero antojo. Suelto mi dedo pulgar de su cuello y tiro de su pelo para que mantenga su cuello erguido y mordisqueo su barbilla hasta llegar a sus labios. Los recorro con mi lengua y cuando va a capturarme me aparto cesando el movimiento de caderas.
-Eso es nena...reclámame, vamos. Si eres mi Kone reclama lo que es tuyo. ¡Ahora!
MARIA:
Mi cerebro tarda unos segundos en asumir lo que me está
diciendo y haciendo. Gimo de pura frustración al notar como sus caderas se
paran.
- ¿Como que si soy tu Kone?
Le doy un tirón de su pelo y con mi otra mano lo golpeo en
el pecho provocando que él suelte una risita. No quiere que lo reclame, pues se
va a enterar.
Sin dejar ir mi agarre subo mi cabeza hasta la suya y
empiezo a dejar pequeños besos alrededor de sus labios, esquivando sus intentos
de besarme.
- De rodillas guerrero.
Estiro de su melena hacia abajo a la vez que muerdo su
labio.
- Arrodíllate por tu Kone, arrodíllate por mi As.
Mi voz sale entrecortada por mi respiración agitada pero mi
tono es firme. Él me dice un "María" en tono de advertencia que me
pone los pelos de punta y provocan que me encienda aun más de lo que estoy.
Con mi cuerpo hago fuerza hacia abajo a la vez que estiro su
labio, a regañadientes cede y se doblega quedando de rodillas con su miembro
dentro de mi y mis piernas alrededor de su cintura.
Dejo que mis labios desciendan por su cuello hasta llegar a
su torso que lo recorro con mi lengua y sonriendo al escuchar sus gemidos y
jadeos... ¡eso lo provoco yo!.
Poco a poco lo empujo y él se deja caer de espaldas
arrastrando mi cuerpo en el descenso. Acomodo mis piernas a cada lado de su
cuerpo y cuando esta totalmente perdido con las caricias de mi lengua me separo
de él y me yergo.
Pongo mis manos en su pecho y lo miro a los ojos, hago un
círculo con mis caderas y veo el efecto en su cara. Sus manos se aferran fuerte
a mis caderas clavándome los dedos.
- Eres mío Leder...que no se te olvide
Empiezo a moverme muy lentamente arriba y abajo, dejándolo
salir casi por entero para volver a meterlo por completo dentro de mi. De vez
en cuando roto mis caderas en círculos.
Dejo caer mi cabeza hacia atrás y me sujeto a sus rodillas
con mis manos, sonrío al escucharlo decir "solo tuyo bella... no
pares" .
- Eres
tan...ooo dioses...
AS:
Rujo como un animal removiendo mi cabeza contra el suelo y
agarrando más fuerte sus caderas. Su movimiento lento me está torturando las
ganas locas de alzarme, abrazar su pequeño cuerpo y mover de tal forma mi
pelvis que las estocadas sean certeras y profundas. Me aguanto, me aguanto
mucho pero cuando gira sus caderas y se mueve como una serpiente bailando con
su vientre de adelante a atrás, es mi perdición.
Abro la boca y suelto un grito desgarrador que más que grito
es un gruñido. Un gruñido ronco de placer y de deseo. En cuanto abro los ojos
la expresión de María cambia, se deja caer de un solo resbalón ensartándose por
completo y dejando ir todo su aire en un gemido que es música para mis oídos.
Por sus ojos, su boca y su gesto sé que tengo los ojos de un rojo pasión que es
puro fuego y la previene de lo que va a pasar.
-¿Temerosa Kone? Aún tienes miedo?
Alzo una de mis cejas y contengo mis ganas de atacar durante
solo unos segundos más cuando hace un giro a su pelvis dejándose hincar al
final del ruedo con furia. Eso ha sido pura provocación, ¡joder! Vas a saber lo
que es bueno bella.
- Prepárate para el ataque.
Vuelve a repetir el movimiento y me suelta un..."menos
lobos caperucita." Abro los ojos como platos y deslizo mis manos por su
perfecta y erguida espalda. Adelanto mi boca a mi cuerpo y voy ascendiendo desde
su vientre hasta sus pechos, muerdo sus pezones tirando de ellos con fuerza
para dejar demostrado que de lobo mucho, de caperucita nada. Llego a su cuello
y paso mi lengua por su nuez hasta su barbilla.
Sitúo mis manos sobre sus hombros y cuando María está alzada
y una parte de mi miembro fuera de su cavidad, la agarro de ellos con fuerza,
beso su barbilla y la hago bajar con una fuerza digna de un lobo clavándosela
de una solo estocada.
-Toma lobo, Kone...acógelo. Es todo tuyo.
Su frente ha caído desplomada sobre mi hombro y respira
jadeante sobre mi pecho. Alzo mi pelvis llevándola conmigo y vuelvo a repetir
el proceso unas 5 o 6 veces, pierdo la cuenta cuando tan solo puedo prestar
atención a los gritos placenteros de María.
-Caperucita...has ido a dar con un lobo que puede darte
demasiado, más de lo que hablo.
Dejo tranquilos sus hombros y agarro su pelo en dos coletas,
tiro ligeramente hasta que su cuello se tira para atrás y seguidamente la sigue
su espalda creando un arco perfecto con una panorámica de sus pechos que da
hambre a cualquiera.
-Jodidamente sexy.
Gruño y devoro sus pechos con hambre mientras ella tensa mi
pelo y me hace engullirlos con más ansia, mezo mi pelvis a la vez que su
pequeño cuerpo se deja caer sobre mi cada vez más hinchada erección. Jadeo y
mordisqueo toda la zona que está al alcance de mis incisivos, me pican y la
marco en el lado del cuello donde la marqué aquella primera vez, tan ansioso
porque me perteneciera. "Mía,
joder...Sólo mía, bella. ¡Jeg elskar deg!"
MARIA:
Un gemido escapa de entre mis labios y noto como todo mi
cuerpo empieza a temblar como un flan.
- Ti amo As....te quiero como nunca pensé que se pudiera querer...
Las palabras mueren en mis labios ya que un tremendo orgasmo lo ocupa todo, lo satura y me colapsa al igual que a él.
Cuando vuelvo a abrir los ojos el cuerpo de As me envuelve y me reconforta. Estamos en la cama perfectamente arropados y sus labios me dejan pequeños besos por el cuello mientras me acaricia un brazo con su inmensa mano.
- No me digas que me he desmayado?
Lo digo mortificada...no puedo creerme que eso me haya pasado a mí, ¡con mi edad!... nadie se desmaya de placer...¿no?.
"No...solo caíste rendida Kone" me lo susurra en el oído a la vez que se mueve para hacerme ver que aún sigue en mi interior, eso hace que me sonroje y me arrime más a él.
- Nunca me había pasado algo así...
Me levanta la cara y me acalla con sus labios.
- Nadie diría que el anciano eres tú.
Nos reímos un poco pero en seguida se gira quedando encima de mí, atrapándome las manos contra el colchón y me dice si ya he descansado suficiente mientras me mira con sus penetrantes ojos rojizos.
- ¿He dormido mucho?
Lo miro alarmada. Él sonríe y niega con la cabeza mientras baja al hueco de mi cuello y pasa la lengua por su marca. Me susurra que no más de 10 minutos.
- Diez minutos...si creo que es suficiente.
Sonrío mientras me muerdo el labio al ver como el rojo de sus ojos se vuelve más intenso.
- ¿Afffamato lupo? (¿hambriento lobo?)
Gimo al notar como su miembro crece en mi interior. Levanto
mi cabeza y atrapo sus labios que beso con pasión, repasando sus labios con mi
lengua, mordisqueándolos, succionándolos.
- La comida está servida Mann.
Levanto mis caderas hincándolo un poco más en mí.
AS:
Rujo embravecido de placer sintiendo como sus paredes me
acogen y me hincan más dentro de ella sin que yo tenga que hacer el mínimo
esfuerzo. Veo el deseo en sus ojos, es intenso, brillante, toda su cara
resplandece y me ciega. Agacho mí frente a su hombro y me rindo a sus
movimientos de pelvis. Me hace suyo a su manera, a su ritmo.
Apoyo mis manos con más fuerza a las suyas y voy tragando un
gruñido, lo acumulo a cada golpe seco de su pelvis para introducirme. Trago y
trago. Siento como algo se acumula en mi interior, en mi estómago, en mi
garganta y por supuesto en mi polla, sé que esto va a repercutir en
3...2...1... María da un golpe y yo me vuelvo loco, eso me saca de mis
casillas.
- ¡¡¡AAAAUUUUUU!!!! ¡KONEEEEEE!
Me revoluciono, la agarro de las nalgas y pego un salto que
aterrizamos en la cama con mis pies, flexiono mis piernas y su sexo deja
escurrir mi miembro de un patinazo en su interior hasta que rozo su última de
las barreras.
- Joderrrr....
Apoyo mis manos en la pared recuperando el aliento y armando
mi cuerpo de fuerzas. Bajo una mano recorro su pierna y agarro por debajo de su
muslo, alzo su pierna a mi costado y comienzo a embestir con una brutalidad
digna del mejor de los lobos, hambriento, sediento, infartado por penetrar a su
kone.
Aprieto mi mandíbula, pero no puedo, mis pensamientos toman
un camino que ni yo mismo controlo. El lobo de mi interior nace, en su máximo
esplendor, por dentro y por fuera. Me hincho como un toro haciendo que María
sisee por el posible dolor que sienta cuando me expando dentro de ella. Me
retuerzo.
- ¡Puedes kone...tú puedes... acógela, es toda tuya!
Las lágrimas de María salen disparadas por sus mejillas y
las recojo con mi lengua mientras ella me hace hueco, se abre, se relaja, acepta
mi nuevo tamaño XXL. Hundo una mano en su sexo y froto su clítoris como un
descosido. Doy golpes con mi cadera chocando mi mano a mi vientre.
- ¡Aaahh...María!!!
Abro mi boca y aprieto mis incisivos de tal forma que siento
como si mi boca estuviera sellada de por vida. Ahueco mi perfecto vientre duro
y bien marcado dejando ver como la penetro con duras estocadas, viendo como me
acepta a cada una de ellas. Mi mirada es pura lujuria, es como si necesitase
ver como la atravieso entera, sentirme completamente por todo su cuerpo. Es
como una necesidad enfermiza de que me tenga por todo su cuerpo, incluso cuando
no esté. María pide clemencia, ruega.
- No pares nena... ¡¡¡Por Odín!!!! ¡¡¡Te amo!!!
Mi voz es completamente ronca. La agarro del cuello con una mano,
el pelo en coleta con la otra, la echo atrás la cabeza y lamo sus labios con
fuerza en mi lengua, como si quisiera dejar mi esencia también en ellos.
Ella hinca sus uñas en uno de mis costados y la otra mano la
enreda en mi pelo tirando de él con fuerza, arqueándose y frotándose contra mis
juguetones dedos. Pellizco su clítoris con cierta fuerza y lo giro de un lado a
otro, untando después en sus jugos y acariciando la zona ardiente de mis
atenciones.
- Hoy te voy a torturar, hoy seré un lordo... ¡Esto es solo
el...comienzo! ¡¡Arrrggg!!
MARIA:
¿Torturar? ¿Más?... ¿solo el comienzo? Ahogo un sollozo en
su cuello e intento relajarme más intentando aceptarlo y darle la réplica que
se merece como el Leder del clan que es.
- Soy tuya....y sé que nunca me harías daño...lordo
Nuestros labios se atrapan y nos besamos como si no hubiera
mañana, ni si quiera tengo claro quien empezó el beso pero eso ya no importa.
Él sigue moviéndose con ese ritmo infernal que me está volviendo loca, lo
abrazo enterrando mis dos manos en su pelo.
- Será solo el comienzo...pero...pero....yo no puedo...
Cierro fuerte los ojos y me dejo llevar por el tremendo
orgasmo que me invade cada musculo, cada poro y gimo y grito tan fuerte que
finalmente me acaba tapando la boca con la suya...creo que para que sus
guerreros no acaben en la habitación pensando que me están atacando...aunque
sea verdad.
- Lo siento...yo...yo quería esperarte...
Escondo la cabeza en su cuello y él me susurra un "acabaré piccola, acabaré".
Nos baja de la cama mientras sigue meciéndose ahora más
lentamente dentro de mí, camina hasta el baño y enciende la columna de
hidromasaje y nos mete debajo de los potentes chorros de agua caliente.
- Mmmm...Pero...tu...
Muevo mis caderas un poco mientras estrecho mis paredes
alrededor de su miembro y escucho como gruñe un poco.
- ¿No te gusta?
Digo con una media sonrisa sabiendo ya la respuesta. Él me
mira y gruñe un "no pares".
Muevo las caderas a delante y a tras mientras hago que mis
paredes aprieten y suelten su miembro en mi interior. Antes de darme cuenta es
él que marca el ritmo y uno de mis pecho va a parar a su boca...no me lo puedo
creer ya estoy otra vez en el borde y apunto de dejarme caer otra vez.
- Juntos mi lordo...
Hasta que no escucho su aullido y noto como me llena no me
dejo llevar por mi orgasmo número...ni idea de la noche.
Me dejo colapsar en sus brazos totalmente agotada, si va a
ser así cada vez que lo hieran... suspiro.
- Donde has estado toda mi vida As...il mio guerriero, il
mio cuore, el mio amato, il mio uomo
Con cada palabra dejo un beso por alguna parte de su cuerpo.
AS:
-Intentando mantenerme vivo para al fin encontrarme bella.
Para hacerte mía toda la eternidad, hasta el final de nuestros días.
Paseo mis manos por sus caderas húmedas y nos apoyo en la
cristalera de la ducha mientras los chorros nos acarician y nos bañan
quitándonos el sudor provocado por tantos orgasmos. Dejo un reguero de besos
por su cuello hasta su hombro y me agacho saliendo de ella con mucho cuidado de
no desgarrarla por mi tamaño. Sisea y remueve sus caderas en busca de sentirse
llena otra vez.
- ¿Me reclamas nena? A ver como lo haces...quiero verte.
Ella suelta un gruñido y eso me pone aún más cachondo. Me
aparto poniéndome contra la cristalera de enfrente y apenas nos separan dos
pasos, lo justo para poder abarcar en mi campo de visión su cuerpo de pies a
cabeza. Me relamo y echo mi pelo empapado hacia atrás deleitándome con su pecho
bamboleando por la respiración agitada.
-Vamos bambina, reclama que quieres.
Sus ojos se achican y vaga sus manos por su vientre diciendo
que está agotada, que es imposible que aguante mucho más. Sonrío como un lobo y
niego soltando una carcajada sonora que retumba por la ducha.
-Si, si puedes...ya lo verás, tienes mucho más aguante del
que crees piccola.
Sigue el camino hacia su sexo y mete dos dedos en su rajita.
Me muerdo el labio y suelto un gruñido llevando mi mano a mi miembro y
acariciándolo distraído ante la visión de verla tocarse. Abre sus piernas y se
introduce dos dedos de golpe empezando a moverlos de dentro afuera con una
lentitud abrumadora. Estrello mi cabeza en la cristalera y suelto un aullido
ensordecedor. Vuelvo a mirarla y mis ojos palpitan rojos de pasión.
Acelera sus dedos y se frota contra su mano proporcionándose
un placer que a mí me está volviendo loco. Mis tripas rugen deseosas de volver
a llenarla y vaciarme dentro de ella.
-Gime mi nombre bella...y te volveré a reclamar como mía una
y otra vez hasta que te desgarres las cuerdas vocales de tanto gritar.
Su voz sale quebrada susurrando mi nombre una y otra vez
mientras se penetra. Me sacudo la polla con agilidad y sin poder resistirlo más
me abalanzo sobre ella, la giro contra el cristal, la pego un ligero azote en
el culo.
-Ponle en pompa nena...voy a hacértelo desde atrás.
María pone las manos contra la cristalera y echa hacia atrás
sus piernas abriéndose y poniendo el culo en pompa hacia arriba. Guío mi
miembro a su entrada, me froto un poco contra su humedad no precisamente
provocada por el agua y empiezo a entrar despacio.
-mmmmm piccola, estás… muy apretada así.
Doy un último golpe duro y seco insertándome en su interior.
Bajo mis manos a sus muslos y hago que los cierre apretándome aún más dentro de
ella. Ahogo un rugido y comienzo a sacudirme una y otra vez derribando la
dureza de sus paredes, conquistándola de nuevo y marcándola con golpes secos y
duros sin parar, mi bolsa choca contra su botón y se restriega a la vez que
grita con cada estocada.
Por Odín, así se la siente tanto, tan estrecha...Mi miembro
comienza a agrandarse de nuevo al sentir como su interior se humedece y palpita
enroscándome en una espiral de placer de la que exploto o me muero aquí mismo.
-Vamos piccola... de nuevo. Explota.
Con una última embestida, obedece y se corre estrujándome
como nunca. Sacudiendo su pelvis en espasmos producidos por el orgasmo. Sujeto
su cuerpo agarrándola por el vientre y grita tan alto y fuerte mi nombre que
siento como me derramo dentro de ella sin piedad. Llenándola de mi esencia.
Bajo por su cuello besándola y vuelvo a morderla con hambre. Marcándola de
nuevo con mis incisivos a la vez que aúllo contra su fina y suave piel.
MARIA:
Mis piernas dejan de sostenerme y me dejo caer, sin salir de
mi As se deja resbalar conmigo hasta quedarse sentado en el suelo de la ducha y
yo sentada encima de él.
- Yo...yo no creo poder andar As
Dejo caer mi cabeza en su pecho. Él me acaricia y me susurra
que yo puedo con todo, que soy la matronae,
su Kone... la Kone del Leder del clan...Sus palabras están teñidas de
orgullo y de una pasión contagiosa.
Subo mi cabeza y lo beso lento intentando demostrarle lo que
significa para mí, mientras lentamente sale de mí, me coge bien y de un salto
me saca de la ducha y me lleva a la cama.
- ¡As! ¡ vamos a mojarlo todo!
Él ríe y dice que da igual que ya cambiaremos las sabanas,
me tapa con el edredón y entra detrás de mí acurrucándome contra él. Cuando lo
abrazo noto que vuelve a estar empalmado... ¿pero cómo es posible?
-Pero As...como puedes....
Bajo mi mano y rozo su miembro mientras él se encoje de
hombros.
- ¿Seguro que no te han dado con una bala de esas con
veneno?....esto yo...
Noto como crece entre mis dedos. Él intenta apartarse
diciendo que descanse que se le acabara pasando, que yo debo estar agotada y
debo descansar.
Paso la lengua por mis labios no puedo dejar a mi guerrero
así... simplemente no puedo, eso no debe ser muy cómodo.
- ¿Te duele?
Lo digo mientras cierro mis dedos a su alrededor y los muevo
arriba y abajo por su envergadura. La única respuesta que recibo es un jadeo
que se trasforma en gruñido.
- Creo que yo puedo hacer algo... espero.
Bajo muy lentamente dejando pequeños besos por su pecho,
deteniéndome en su gloriosa tableta de chocolate pasando mi lengua por cada
línea hasta llegar a su ombligo donde mi lengua se entretiene unos segundos sin
dejar de mover mi mano.
Desde el ombligo desciendo en línea recta hasta su...o dios
¿cómo puede estar así aun? como si fuera un chupa-chups le doy un lametón a su
punta purpura recogiendo la gotita que me espera allí.
- Por la diosa eres delicioso...
Veo como sus manos aprietan y retuercen las sabanas entre
sus dedos cuando doy otro lametón y sigo bajando con mi lengua por toda su
longitud hasta su base para luego volver a subir por otro lado. Remito el
movimiento una y otra vez hasta que no dejo un centímetro de piel sin recorrer.
Poco a poco y sin dejar de mover mi mano meto la punta en mi
boca y dejo que mis labios vayas bajando hasta que ya no puedo más y empiezo a
sacarla. Lo vuelvo a intentar, cada vez que bajo su miembro entra un poco más
en mi boca, mi lengua no deja de jugar con ella dentro de mi boca.
AS:
Suelto un enorme gruñido y realzo
mis caderas metiéndome más dentro de ella, su campanilla roza mi glande y
suelta un gemido haciendo que esa vibración me haga ver las estrellas del
Asgard incluso a través del techo.
-
¡¡¡María!!! Joder!!!
Tiro de las sábanas con mis manos
desgarrando un poco la tela de estas. Giro mi cabeza y su mano juguetona
masajea mi bolsa haciendo que mi pelvis no pare de removerse. Mi miembro vaga
por toda su boca, de lado a lado, de adelante hacia atrás. Y ¡por Odín! Esa
lengua...Pongo los ojos en blanco y siento como mi miembro está a punto de
estallar de nuevo. Me encojo y reprimo el orgasmo.
Aúllo por el dolor que me causa
reprimir eso y María saca mi polla de su boca quejándose y me la sacude con
fuerza y agilidad.
-No… ¡para! Te lo daré...pero por
los dioses, ¡quieta! Frena bella...te juro que te lo voy a dar con creces.
Susurra que eso la pertenece y
sonrío victorioso por la kone que me ha tocado, tan humana y tan posesiva.
Ronroneo y conduzco los dedos de mi mano hasta su sexo, realza su culo y cuando
siente mis calientes dedos sobre su sensible botón su cuerpo se convulsiona en
unos espasmos.
-Grrr...Estás muy delicada
bambina...ven.
La hago moverse de forma que
queda a cuatro patas encima de mí, su precioso culo queda a la altura de mi
cara y su cuerpo se arquea ligeramente cuando respiro cerca de su sexo
provocando que el aire algo más fresco haga contraste con su ardor y es que la
verdad está ardiendo, hoy mi kone ha soportado como ninguna otra ha podido
hacer jamás.
Llevo mis manos a sus pechos y
los acaricio juntando mis dedos alrededor de sus pezones, los acaricio y doy
pequeños pellizcos.
-Ahora vamos a saborearnos
bella...los dos.
Ella gime agonizante entre placer
y ardores. Sonrío y dejo que mi lengua calme ligeramente el escozor de su sexo.
Su boca vuelve a deslizarse lentamente por mi miembro torturándome y haciendo
que gruña como ninguna antes ha podido hacer.
Sigo masajeando sus enormes y
redondos pechos con mis manos, las cuales ella llena justo hasta el borde.
Introduzco mi lengua en su sexo y la remuevo por todas las paredes. Sisea y la
saco rotándola en círculos sobre su botoncito, está tan rosado e hinchado. Sus
dientes rozan mi miembro con una sutileza imposible de creer en ese acto y
siento como algo dentro de mi vuelve a activarse.
-Nena...me voy a...correr.
Ella agarra mi miembro con una
mano trabajando mi base y con su boca hace una tortura rápida masturbándome con
agilidad. Gimo y engancho su clítoris moviendo mi lengua por el de forma veloz,
a la vez que mis dientes lo hacen girar una y otra vez. Ambos estallamos en
nuestras bocas y recogemos nuestras esencias. Mi jazmín...
-Grrrrrrr.
Recojo hasta la última gota,
cuando consigo que algo de sangre llegue a mi cerebro y percibo como María
temblequea sus piernas, antes de que se desplome, la agarro y la tumbo bien
sobre mí. Posa su cabeza sobre mi hombro y retiro toda su larga cabellera de su
cara.
- Ha sido increíble Kone....Jeg
elskar deg.
La recojo entre mis brazos con
mimo y dejo suaves caricias por todo su cuerpo que aún sigue con los espasmos
del orgasmo. Me acerco a su oreja y la dejo suaves besos.
-Puedes dormir entre mis brazos
nena, yo cuidaré de tí, descansa.
Realzo su barbilla y la beso por
última vez antes de que caiga redonda en mis brazos. Sonrío y observo de reojo
todo su cuerpecito agotado sobre mí.
- No pude conseguir mejor pareja...aunque
me tocase esperar otros tres mil años, los esperaría por tí. La mia vita
eterna.
MARIA:
Después de no sé cuántas horas de
compartir sudores, gemidos y orgasmos con il mio amore caigo rendida entre sus
brazos, sintiéndome total y absolutamente protegida y querida.
Justo antes de quedarme
totalmente dormida me parece escuchar que me susurra unas palabras que me hacen
entrar en calor des de dentro, froto mi cara contra su inmenso pecho.
Parpadeo y veo que la habitación
está inundada de claridad... ¿pero qué hora es?
Levanto un poco la cabeza pero en seguida una mano inmensa me acaricia
el pelo y baja por mi espalda.
- Hola...
Él me dice que duerma un poco
más. Me muevo y en ese momento soy consciente que aún estoy totalmente encima
de él... ¿y sus heridas? Intento
apartarme un poco ganándome un gruñido y que sus brazos se aferren aún más a mi
cuerpo.
- ¿Tu...tú ya estás bien del
todo?...yo podría haber dormido en el colchón a tu lado...tus heridas...
Él levanta mi cara y me calla con
sus labios, gimo de gusto y me dejo llevar por sus labios y su lengua al país
de los placeres prohibidos. Cuando se separa dice un "buenos días bella" que me deja con las piernas de
gelatina y dando gracias por no estar de pie.
- Buenos días Amore
Dejo un pequeño beso en su pecho
al lado de donde tengo apoyada mi cabeza mientras él me susurra que
precisamente esta totalmente curado gracias a mí y a mi chi.
- Me asuste tanto al ver toda esa
sangre - me estremezco- peor que aquel
día que llegaste con tu nieta herida y creí que la sangre era tuya...
Me aferro fuerte a su pecho y él
continua abrazándome con fuerza.
- ¿Tú has dormido algo?
Él afirma con su cabeza pero me
dice que no quiere levantarse aún, quiere disfrutar de su Kone un rato más.
- Yo también quiero disfrutar de
ti...
Antes de poder acabar la frase
noto sus manos recorriéndome la espalda, apretando en aquellos puntos que tenía
más cargados y mimando todos los puntos donde sus dientes la habían marcado.
- Mmmmmm
Esto debía ser un sueño del que
no quería despertar, pero en el que de un momento a otro me acabaré
despertando.
AS:
Agacho mi cabeza hacia la suya y
entierro mi nariz en su pelo aspirando su delicioso aroma a jazmín, me dejo
envolver en una espiral de sensaciones que se manifiestan en cada poro de mi
piel, erizándome el bello.
- ¿Mmmm? Eres una matronae muy
mimosa, ¿no bella?
Sonrío como un tonto y atuso su
pelo descubriéndola su bello rostro, la agarro de la barbilla y hago que la
apoye en mi pecho para mirarla directamente a sus ojos negros, esos que me
tienen hechizado desde la primera vez que la vi.
Observo su rostro, el cual ya me
sé más que de memoria, tan a la vista como al tacto. Sus labios esbozan una
sonrisa nerviosa y remueve sus manos por mi torso musculoso bajando hasta
agarrarme los bíceps, se realza y gruño al ver como sus pechos quedan al ras de
mi pecho y se rozan.
-Eres tan jodidamente hermosa...
¿dónde has estado todo este tiempo?
Suelta una carcajada y me uno a
ella. Sus manos recogen mis mejillas y une nuestros labios, entreabro mi boca y
llevo mis manos a su cabeza, la estrecho y aprieto más hacia mí invadiendo su
boca con mi lengua para profundizar el beso. Mi lengua juega contra la suya
provocándola que quiera más y obligándola a que ella invada la mía. Me persigue
como si se tratase del juego del gato y el ratón y cuando la tengo en el punto
justo, cierro mi boca atrapando su lengua entre mis dientes. Muerdo y tiro de
ella con ansia.
Ronronea y se empuja con las
manos en mis brazos para apartarse, pero no la dejo. Sus piernas se comienzan a
agitar y siseo cuando me siento removido entre sus paredes, esa sensación...por
Odín, me va a matar.
-Bambina, quieta...por...favor.
Ssss, aún estoy dentro.
Se pone colorada y sonrío como un
auténtico lobo mostrando mi blanqueada sonrisa. Dejo que mis manos calienten su
suave y fina piel, deslizándome hacia abajo por su espalda, y más abajo, y más
abajo, a medida que sigo el camino sus mejillas están más rojas. Llego a sus
nalgas, las amoldo en mis manos y las aprieto con delicadeza.
-Algún día te morderé aquí,
recuérdalo...porque ese día no podrás sentarte un mínimo de 24 horas.
Me echo a reír y ella se hace la
ofendida dándome un manotazo en el pecho, es tan chiquitina...me encanta cuando
saca ese pequeño rebote. Empieza a hablar escandalizada con su bendito genio
latino-italiano que me pone muy...pero que muy caliente. Me aguanto las
carcajadas cuando veo como la vena de su frente y su cuello empiezan a
hincharse y me aporrea el pecho, para su suerte o desgracia solo me hacen duras
caricias, sin ningún tipo de dolor, es más...verla así es tan divertido,
mientras me va diciendo: "AS!! Sei
un lordo, un asino, un animale, un stupido... Agg, ricevo male!"
-Jajajajajajajajaja...¿alguna
cosa más querida? ¿No te dejas algo por el camino?
Se pone roja como un tomate y
cuando se va a levantar de encima de mí malhumorada, nos hago girar y me encajo
de nuevo en ella a la perfección, la recojo como puedo entre mis brazos y voy
directo a atrapar sus labios, pero se quita. Gruño frustrado.
-Kone...esos labios son míos…
Dámelos...
Frunzo mi ceño y arrugo mi
frente, pero ella me pone las manos contra mis labios echándome hacia atrás.
Abro mi boca y la pego un buen mordisco, ella suelta un "aaauuuuuu" y me pone un puchero al que nadie podría
resistirse. Pego un salto con mis brazos, la agarro las muñecas por encima de
su cabeza e inmovilizo su cabeza, ella junta sus labios y yo chasqueo la lengua
negando con la cabeza.
-Eres mía, ahora y siempre, en
los momentos felices y en los enfados...así que ve sacando esa lengua tan
viperina que tienes cuando quieres y bésame como nadie me ha besado jamás.
Sus labios se aflojan con mi
confesión y me abalanzo a por ellos en un movimiento rápido y veloz, arrasando
con todo a mi paso, como si la vida no me fuera en otra cosa, y es que ahora
solo estoy para ella. Mi alma gemela, mi kone, mi refleck.
MARIA:
Sus palabras hacen que todo mi mal genio se esfume, aunque
no estaba enfadada realmente con él.
Dejo que su lengua arrase con todo lo que encuentra y dejo
que la mía se encuentre y una a la suya. Capturo su lengua y la succiono como
si estuviera haciéndolo en otra parte de su cuerpo...como no hace tantas horas
hacía.
Me estremezco al escuchar su gruñido ahogado por mi boca e
instintivamente mis paredes se cierran más fuerte a su alrededor.
- Se duerme tan bien así...
Él se ríe y me deja suaves besos por mi cuello mientras
enredo mis manos en su pelo y levanto su cabeza.
- Suave Amore...
Ronroneo al notar como crece y como empieza a moverse
lentamente encima de mí.
En los siguientes minutos nuestros cuerpos vuelven a
enredarse, sudorosos, jadeantes hasta volver a tocar el cielo con los dedos a
la vez y caer poco a poco otra vez a la brumosa realidad.
- ¿Me cansare algún día de esto?
Beso su pecho aun jadeante, cierro los ojos y suspiro
satisfecha.
- Esto sí que son unos buenos días... Amore
Dejo un suave beso en sus labios.
- Debes de estar muerto de hambre... quieres que prepare
unas tortitas, huevos revueltos, zumo, café...
Me río al ver cómo va afirmando con la cabeza a cada cosa
que digo y antes de acabar me besa dulce en los labios.
- Pues va, déjame levantarme
Sale poco a poco de mí y yo siseo al notarme vacía, nos
abrazamos unos minutos pero un rugido me hace reír y levantarme.
- Casi ruge más fuerte tu estomago que tú. - Me pongo una
bata y salgo para la cocina.- Ni se te
ocurra moverte... déjame mimarte.
AS:
-Pero...María...
Suspiro, ella y su cocina, su cocina y ella. Me estiro en la
cama obedeciendo su pequeña orden, cierro los ojos y me quedo como en un estado
de trance.
Se está tan bien cuando uno se despierta después de una
noche tan intensa de jadeos, gemidos y gritos. Giro un poco mi cuello hasta que
chasca, paso mis brazos por mi nuca y con las piernas retiro las mantas.
-Que calor.
Murmuro y escucho ruidos en la cocina, sonrío. Ya ha
agarrado la sartén. Descanso un poco, pero al quedarme medio dormido eso solo
empeora las cosas. Después de no vivir otra cosa en horas que en solo hacerla
mía en todas las posiciones, mi cerebro no asimila otra cosa.
María y yo estamos en el bosque, en uno de los lagos, su
cuerpo desnudo brilla con el agua a la luz de la luna llena. Rujo como un
animal en celo y me tiro a por ella. Inconscientemente me paso la mano por mi
entrepierna y pienso que es María quien me roza.
- ¡Ohhh...bella!
Suelto un fuerte gruñido, me remuevo para los lados y cada
vez me duele más y más, entre el agua y el reflejo de la luna la poseo sin
descanso, hasta que la luna se quede sorda.
Algo me toca y me despierta de mi ensoñación, es María, con
la bandeja del desayuno ya apoyada en la mesa. Sus ojos como platos miran mis
partes bajas, asique la sigo y descubro que tengo una erección de caballo. Me
echo a reír sin saber que más hacer.
- Tranquila bella...esto pasa cuando llevo demasiadas horas
contigo y sueño cosas demasiado calientes.
Ella se pone las manos en las caderas y me quedo mirando sus
abultados pezones, tengo hambre y no precisamente ahora de comida, pero
necesito parar, o sino no me durará una eternidad la mujer que tengo a mi lado.
Palmeo la cama.
-Ven, que no te devoraré a tí.
Se sienta con la bandeja en sus piernas y apoyada en el
cabecero. Yo hago lo mismo.
- Bueno...demomento.
El rubor cubre sus mejillas. Sonrío y miro la bandeja, todo
tiene una pinta estupenda. Me relamo y abro la boca como si fuera un niño
pequeño al que tienen que dar de comer.
-Aaaaaa...
Hago la bobada del día y se ríe al descubrir mi lado
infantil. Pincha huevos con el tenedor y me los da a comer. Yo trago y trago
hambriento sintiendo como mi estómago y mis fuerzas lo agradecen. Me tiende el
zumo y bebo. Me separo y suelto un suspiro.
-Todo delicioso.
Veo como en la bandeja está apartada unas tostaditas, un
zumo y poco más. Gruño e impaciente le doy de comer a mi kone.
-Coge fuerzas...las necesitarás.
Mira de nuevo mi erección que sigue elevada e hinchada.
-Oh sí, nena, sí, jajajaja.
Si bella, duele y serás su víctima de nuevo, para que eso cese.
- Cuando hemos acabado, deja la bandeja a un lado y se levanta
echando a correr.
- ¿Dónde crees que vas caperucita? ¿No sabes que no hay nada
más excitante para un lobo que el reto?
Me levanto y la persigo por todos lados, ella grita con esa
vocecita que me vuelve loco hasta que vuelve a la habitación, la engancho por
banda y caemos juntos en la cama.
-Grrrrr te pillé y tomaré mi venganza por rebelde
bambina....preparada...
Mi voz anticipa los hechos, ambos nos estremecemos y bajo el
sol resplandeciente de la mañana vuelvo a poseerla, rozando cada parte de su
cuerpo, observando con adoración como su cuerpo se mece contra el mío lleno de
brillante sudor con olor a jazmín.
-----------FIN DE
ESCENA-------