domingo, 10 de marzo de 2013

Caperucita y el Lobo (Escena de As & María)




MARIA:

Cojo aire y enseguida reconozco el olor a tierra mojada, musgo, hierva...a bosque. Me apoyo a la barandilla mirando la oscuridad que me envuelve, me encanta este lugar, esta casa, me alegra que As insistiera en venir a pasar unos días.

Me tapo mejor con la bata de seda, parece que está refrescando pero no me apetece entrar en la habitación y meterme en la enorme cama sola, es como si me faltara algo...mejor dicho alguien.

Espero que este bien...que estén bien. Después de la llamada de Caleb se había tirado media tarde organizando cosas con Noah y Adam por teléfono para irse justo antes de cenar. Sabía lo que habían ido a hacer y que no era algo rutinario aunque As había querido quitarle hierro al asunto. Incapaz de cenar nada me había refugiado aquí en la terraza de nuestra habitación, intentando no pensar y relajarme.

Un escalofrío me recorre erizándome la piel, me froto los brazos con las manos y decido entrar. Una vez dentro cierro bien las ventanas como me ha pedido que hiciera As, aunque se que también ha dejado berserkers custodiando la casa... sonrío, tan sobre protector como siempre.

Me quito la bata y me meto en la cama solo con el camisón negro

Me arropo con la sábana y suspiro. Me paso la mano por su marca en el hombro, esa que me enfado tanto que me hiciera y que ahora luzco orgullosa... ¿Por qué me escuece? ¿Por qué estoy pensando en él? O ¿Por qué él piensa en mi?

-  Vuelve entero mi guerrero.

Susurro a la oscuridad antes de cerrar los ojos e intentar dormir.

AS:

Gruño y pego un porrazo al volante del coche, estoy furioso porque hemos tenido uno de los ataques de esos malditos engendros de loki.  Y han atacado a dos de mis chicos, aunque yo también tengo lo mío, pero tan solo un par de rasguños que cruzan mi pecho mostrando mi torso desnudo y con algo de sangre. Me miro cuando he aparcado a la puerta de casa y observo que María haya dejado todas las ventanas cerradas, así es. Sonrío al ver que mi mujer es muy obediente en cuanto a reglas de protección.

-  Ya llego bella...ya llego.

Murmuro y me miro las heridas, pero no son más que superficiales, pero como María las vea seguro que hace más dramón de lo que en realidad es, por eso decido bajarme del coche y entrar en casa sin hacer mucho ruido, no quiero despertarla ni alarmarla por bobadas, es cierto que escuecen un poco, pero nada que no se pueda soportar.

Avanzo con cautela por las escaleras hasta llegar al piso de arriba, me meto en uno de los baños y me quito la camiseta desgarrada y mojo un poco de agua en mis manos pasándolas después por las heridas. Trago saliva y siseo con suavidad para no despertarla. Una vez limpia la sangre, aunque las heridas estén será menos alarmante. Salgo del baño pero sin querer una ráfaga de viento que viene de una de las ventanas que está mínimamente abierta hace que la puerta del baño del pasillo se cierre dando un portazo que suena como un trueno.

-  ¡Joder!

Hasta yo me asusto del golpetazo y voy hacia la habitación donde María ya está sobresaltada sentada en la cama y dispuesta a correr hacia donde venía el ruido. Cierro la puerta de la habitación y me giro.

- Tranquila kone, ha sido culpa mía, ya estoy aquí.

Lo digo con una sonrisa de oreja a oreja en los labios esperando en vano que no se fije en los dos garrazos que atraviesan mi pecho. Su cara se horroriza y la mía cambia a resoplar.

-  No pasa nada nena, no ha sido nada, de verdad.

MARÍA:

Un tremendo ruido me despierta de golpe. ¿Hay alguien en la casa? o por los dioses que As este bien.

Me pongo en pie rápidamente pero antes de poder hacer nada más lo veo de pie, con su pecho cruzado por dos zarpazos, escucho su voz aunque casi no le presto atención.

-  Ya lo veo

Trago el nudo que me atenaza la garganta y corro a sus brazos, agarrándome fuerte a sus hombros y enterrando mi cabeza en su pecho.

- Te duele mucho?

Me aparto de él y miro bien los zarpazos. Él sigue quitándole importancia y diciendo que mañana estará mejor.

- Scusa pero no....eso se tiene que coser...y no me vengas ahora con el chii.

Me pongo de puntillas, le doy un suave beso en los labios y voy al baño a buscar el botiquín. Lo escucho refunfuñar y quejarse.

- Tu nieta no dijo ni mu

Justo en ese momento se calla de golpe y yo sonrío mientras lo cojo de la mano y lo siento en la cama. Me arrodillo enfrente de él y empiezo a coserlo con mucha delicadeza.

- Quien me iba a decir que alla mia eta iba a estar cosiendo a ser mitológico.... y que encima es mi mann.

Lo miro con orgullo y dejo un beso en su pecho a la altura del corazón cuando acabo de coser.

- Creo que ya está.

Llevo mis dedos a su cara y repaso cada uno de los rasguños de sus mejillas y frente.

Nos quedamos en silencio mirándonos el uno al otro, sin decir nada. Dos lágrimas se escurren de la prisión de mis ojos al notar su cálida mano acunando mi mejilla, cierro los ojos y dejo que su calor me consuele.

- Tenía un mal presentimiento...espero que no hayas perdido muchos hombres hoy

Aunque en realidad estoy diciendo, me alegro que hayas vuelto a mi lado hoy.

Su olor me tranquiliza tanto, se sosiega, me calma, me centra. Respiro hondo y al abrir los ojos lo veo a centímetros de mi. Sin decir nada más me besa reteniendo mi cara entre sus fuertes y masculinas manos.

AS:

Aprieto con mis pulgares sus mejillas profundizando nuestro delicioso beso. Me encanta cuando se preocupa por mí, como me cuida, es tan maravillosa... Mi lengua vaga por su boca, acariciando su lengua con pasión y engulléndola para mí. María se agarra a mis caderas con sus pequeñas manitas y deslizo las mías hasta su cuello, moviendo mis yemas por él proporcionándola caricias suaves y delicadas.

Pasado un buen rato me despego de su boca a regañadientes, soltando un gruñido que procede de mis entrañas, me separo un palmo de su cuerpo echando mi torso hacia atrás y la observo de arriba abajo, arrodillada delante de mí.

- Gracias preciosa, siempre tan lista y efectiva para todo...

Ella me toca y acaricia por el cuerpo con sus manitas y yo respondo con ronroneos mimosos y agradecidos por lo que me hace. Adelanto mis manos y acaricio con delicadeza sus curvas cuando vuelve a susurrar que estoy aquí.

- Claro que sí preciosa...no pienso dejarte sola, no quiero abandonarte, nunca podré aceptar algo así.

Se abraza a mi cuerpo con cuidado de mis heridas y sonrío al ver lo cuidadosa que es en todo momento, la cojo en brazos y la siento encima de mis piernas. Reviso su figura y me quedo sin aire. Muevo mi boca y la saliva se apelotona, pero....

Pestañeo rápidamente y sin llegar a creérmelo, las heridas y el momento me han distraído, ¿Cómo puede ser? Pongo una mano en la fina tela negra de su camisón y lo alzo hasta llegar casi a sus ingles.

-María...estás preciosa. Mmmmm mi bella...¿te has vestido así para darme la bienvenida? ¿El regreso a tu lado?

Sonrío con ternura y con picardía a la vez. Bajo mi mirada por su cuello, hasta su canalillo y me quedo impactado al ver como sus pezones ponen en tensión la telilla que cubre sus pechos...aunque eso de cubrir, solo dificulta la vista..pero ¡oh dios! Como me pone que lleve estas ropitas, es impresionante como puede lucir algo tan provocativo como esto con tanta elegancia.

Algo reacciona en mi cuerpo abultándose sin poder retenerlo, tener estas vistas de mi kone no ayuda y menos notar y sentir como la temperatura de su cuerpo también sube. Aunque sus mejillas indican como se ruboriza al sentir la presión en su dulce culito alzándolo mínimamente.

-Perdona...tienes ciertos efectos en mí que son incontrolables.

Sonrío y me paso la lengua por los dientes con cierto toque de provocación. La estrecho con mi brazo a mi cuerpo hincando su costado en mi pecho. Olisqueo por su pelo su delicioso aroma a jazmín y rozo en círculos hasta su cuello. Sigo el camino de su venita y luego paso la lengua hasta el lóbulo de su oreja capturándolo entre mis dientes.

MARIA:

Me encojo y todo mi cuerpo tiembla por su contacto, mis ojos bajan hasta mis manos y me quedo paralizada al verlas manchadas con la sangre de As.

Me levanto rápido de sus rodillas escuchando un gruñido como respuesta y me escapo de entre sus manos que intentan sujetarme.

- Mis manos...yo...tengo que lavármelas

Cojo lo que he utilizado para coserlo y salgo corriendo hacia el baño, tiro las gasas en la basura y empiezo a lavarme las manos con mucho jabón con la mirada perdida en ellas.

Doy un respingo al notar la presencia de As detrás mío y escucho su voz ronca de deseo y a la vez contenida preguntándome si estoy bien.

- Si, si...solo que mis manos estaban....manchadas de tu sangre y yo....

Suspiro e intento tragar el nudo de mi garganta. Antes de darme cuenta estoy entre sus brazos, rodeando su cintura con mis piernas y su lengua recorriendo mis labios.

- Por la diosa ¡As!...

No puedo acabar de hablar ya que sus labios retienen los míos, suspiro y me dejo llevar por el mar de sensaciones que provoca este ser inmortal en mi.

Enredo mis manos mojadas en su pelo y dejo que me bese como él quiere, a su manera, siguiéndolo y dándole la replica.

-Ooouu...jejeje

Me río al notar como me levanta, torpemente, el camisón y me sienta en el frío lavamanos sin dejar de besarme.

- ¿Y si me lo quito guerrero?

Mi voz sale a trompicones ya que no consigo respirar bien, nunca hubiera pensado que alguien pudiera afectarme tanto...su piel incendia la mía con solo rozarla.

Me baja y se aparta un poco de mi, sin separar sus rojos ojos de los míos y con su respiración entrecortada me susurra "a que esperas bambina". Jadeo al escucharlo hablar en italiano...sabe que me derrito con eso.

Camino hasta él le dejo un suave beso en sus labios, cojo su mano y estiro de él hasta la habitación otra vez. Me quedo de espaldas y bajo lentamente los dos tirantes del camisón, primero uno...luego el otro, saco mis brazos sujetando el camisón para que no caiga al suelo. giro mi cabeza y lo miro por encima de mi hombro...lo que veo me deja sin aliento, esta de pie con sus ojos como dos rubís, sus manos apretadas a los lados, una sonrisa lobuna en sus labios y una más que evidente erección...dioses y este hombre es mío...solo mío.

-¿Bien guerrero?

Él afirma con la cabeza. Sin separar mis ojos de él dejo caer el camisón que hace un suave susurro de seda al pasar por las formas de mi cuerpo y noto como me ruborizo al notar sus ojos recorriendo mi cuerpo con esa mirada hambrienta.

AS:

Me paso la lengua por los incisivos y siento como mis pantalones de chándal negros van a estallar con la preciosa y excitante visión que mi kone me está ofreciendo. Abro los ojos como platos cuando su cuerpo queda descubierto menos por ese tanga tan ‘oportuno.’

Tengo que tragar saliva para no estrellarla contra la pared. Resoplo y me acomodo la erección con disimulo, pero el simple hecho de rozarme según observo su perfecta espalda y sus nalgas redondeadas hace que me ponga peor.

- Bella...eres tan hermosa.

Mi voz sale ronca y entrecortada. Cuelo mis dedos en la cinturilla de mi pantalón y me los saco junto al calzado. María mira de reojo por encima de su hombro y para provocarla deslizo mi mano sobre mi miembro llamando su atención.

Me muerdo el labio cuando veo que su pecho bambolea excitado y sus pezones se están poniendo duros sin haberla ni siquiera tocado. Avanzo dos pasos muy lentamente hasta quedar a su espalda.

Alzo una de mis manos y la paso por su brazo pero sin tocarla. Jadea y sonrío triunfante de conseguir lo que consigo en su cuerpo con ni siquiera tocar su piel. Mi erección da un brinco y se choca contra el inicio de sus nalgas.

- No te haces una mínima idea de lo que me estoy controlando. Sería capaz de devorarte entera, de un solo bocado, kone.

Murmuro lo último muy cerca de su oreja y dejo que la punta de mi lengua roce su lóbulo. Su cuerpo se estremece debajo de mí y decido acariciar sus curvas con las yemas de mis dedos. Me humedezco los labios y los acerco a su cuello, apartando con una mano su sedoso pelo dejándolo sobre uno de sus hombros. Saco mi lengua y repaso todo el lado izquierdo de su cuello bajando por la clavícula.

-Deliciosa bella. Me vuelves loco, completamente loco.

Con mi mano libre rodeo su vientre y acaricio a la altura de su ombligo deslizando mis dedos hasta el inicio de su sexo, se arquea contra mí gimiendo y esos gemidos activan en mí el punto que me faltaba para estallar.
Deslizo uno de mis dedos sobre su sexo, por dentro de su fino tanga y froto delicadamente su botón en círculos con la yema hasta que oigo como gime en mi oreja, mordiéndome el lóbulo y diciendo que no me controle. Gruño y agarro con fuerza su oreja, la muerdo y tiro de ella hacia mí haciendo que arquee todo su cuerpo contra el mío, entreabre sus piernas y deslizo el dedo corazón hacia su entrada, lo froto haciendo que mueva su pelvis contra mis dedos.

- ¿Que pasa bambina? ¿Que quieres que te haga?

Un brillo malicioso y perverso cruza por mis ojos y ella hace un movimiento de pelvis contra mi erección dándome un golpecito con su delicioso y esponjoso culo en forma de queja. Suelto una ligera carcajada y sin previo aviso meto mi dedo en su interior rotándolo ansioso por todas sus paredes.

- ¿Era esto lo que deseabas? ¿Quieres más...?

Sus muslos se contraen, echa una mano atrás por encima de mi hombro, hacia mi nuca agarrándome el pelo y tira de él con fuerza haciéndome tirar mi cuello hacia atrás. Suelto un rugido y mi erección pega otro brinco. Froto un dedo sobre su botón y el corazón contra su pared frontal haciendo que humedezca tanto que mi mano se cubre con sus jugos.

- ¡Por Odín! Vas a hacer que me descontrole...

Mis incisivos cosquillean y mis ojos cada vez se ponen de un rojo más intenso, subiendo en la gama de los oscuros. Saco mi mano de su sexo, arranco el tanga de un movimiento y la doy la vuelta con mi otra mano haciendo que suelte mi pelo. La rujo en los labios y la empujo contra la pared.

Paso una mano por detrás de ella hasta abarcar una de sus nalgas, hago que alce su pierna quedando su muslo contra mi cadera y mi erección encajada entre sus labios vaginales. Me hinco más y me froto descaradamente soltando gemidos roncos y placenteros.

-Mmmm...María...

Aprieto mi mano en su nalga tan fuerte que mis dedos quedan impregnados en su piel. Poso mi boca en su hombro y deslizo mis labios hasta uno de sus pechos, lo rodeo con mi lengua hasta llegar a su pezón. Lo bordeo torturándola para que desee que muerda y acoja su pezón duro y excitado entre mis dientes pero cuando me quiero dar cuenta, la mano de María tensa mi pelo y me obliga a meter su pezón en mi boca, cierro mis dientes y lo muerdo a la vez que paseo mi lengua de arriba abajo.

- Joder....grrrrr.

Me hincho entre su sexo y rujo embriagado por su olor y por las sensaciones que me provoca cuando se atreve a manejarme como un peluche tirándome del pelo. Tenso los músculos de mi cuerpo quedándoles marcados, las venas se me hinchan y siento que cada vez estoy más cerca de perder el control con ella.

MARIA:

Doy otro tironcito de su pelo y separo su boca de mis pechos, él me responde con un gruñido, sé que se esta reteniendo que aÚn mantiene un poco de su control.

Subo su cabeza hasta mi altura y me quedo mirando sus ojos rojos, acerco mis labios y voy besándolo des de la comisura de sus labios hasta su oído.

-  Una mujer puede agarrarse a mi pelo mientras me meto dentro de ella, tan dentro como su cuerpo me deje

Susurro las palabras que un día me dijo y que tanto me afectaron.

- Y mientras hago eso, ella me sostiene y mira a mis ojos rojos para que sepa que muero por ella....- vuelvo hacia sus labios y fijo mis ojos en los suyos-  que me quemo por ella.  Por mi Kone.

Atrapo o me atrapa mis labios y nuestras lenguas empiezan a danzar a luchar sin necesidad de proclamar vencedor. Me separo jadeante.

-  Soy tu Kone, me he agarrado a tu pelo, me sostengo y miro tus impactantes ojos rojos...no me asustas...ya no... a que esperas guerrero... métete dentro de mi… -Noto como su miembro crece contra mi sexo y como con un leve movimiento de sus caderas su punta ya esta rozando mi entrada.- …tan adentro como mi cuerpo te deje.

Un fuerte gemido se escapa de mis labios cuando se hunde casi del todo en mí de un golpe. Cierro los ojos y me estremezco al notarlo tan grande...  yo le he pedido que no se controlara, ¿no?.

¿Estas bien? me lo susurra mientras yo afirmo con la cabeza y muevo mis caderas para que acabe de entrar.

- No pares mi guerrero.


AS:
Gruño y agarro sus costados con mis manos apretándola aún más contra la pared, deslizo mi mano suavemente hasta su muslo y lo agarro para subir la altura de su pierna sobre mi costado, abriendo su sexo más a mi pelvis, doy otro duro golpe y me introduzco por completo dentro de ella. Sus jugos se expanden por mi miembro y me mojan por completo. Muevo mis caderas saliendo y volviendo a entrar apenas unos centímetros de mi ancho y alargado miembro.


-Joder...Kone, me pones mucho. Y te aseguro que tu cuerpo...me deja entero, eres mi pareja, mi amiga, mi refleck, entero Kone, ábrete para mí.


Mis palabras salen entrecortadas al sentir como su cuerpo me aprieta cuando estoy parado dentro de ella, me estruja. Es tan estrecha... Cojo aire y lo suelto contra su oreja provocando que María se arquee, su cabeza esté contra la pared y su cuerpo esté vendido a mí como una ofrenda al más exquisito pecado.

Agarro con una de mis manos su culo, con otra su pierna y con mi boca engullo uno de sus pechos. Un ruego sale de su boca y empiezo a moverme muy lentamente dentro de ella, rotando mis caderas para hacerme sitio entre sus paredes. Tira más fuerte de mi pelo y dejo arrastrar mis incisivos por su pecho mientras sale de mi boca. Alzo la mirada y diviso con verdadero fuego los ojos empañados en lágrimas de placer de María.


-Bella...muévete conmigo, hazme también tuyo.


Sus manos giran en mi pelo y su cuerpo serpentea de tal forma que mi polla va investigando cada rincón más inaccesible de su interior. Suelto un aullido que retumba por nuestra habitación y de un bote la subo y hago que me rodee con sus piernas.


Mis manos ascienden por sus curvas hasta acabar a la altura de su cuello, lo rodeo con una mano y hago que alce hacia arriba su barbilla a la vez que mi pelvis comienza a taladrarla más y más rápido, aumentando la velocidad y la intensidad de mis embestidas. Con la otra mano me sujeto a la pared y no ceso en mis movimientos.


-Arrggg...¡María!


Saco mi miembro casi por completo de dentro de ella y vuelvo a entrar hasta que mi bolsa choca contra su otra entrada. La habitación se funde de gemidos y gruñidos de ambos.


Aprieto más mi mano en su cuello y deslizo mi boca por su cuello de arriba abajo haciendo que solloce al sentirme tan dentro, poseyéndola a mi verdadero antojo. Suelto mi dedo pulgar de su cuello y tiro de su pelo para que mantenga su cuello erguido y mordisqueo su barbilla hasta llegar a sus labios. Los recorro con mi lengua y cuando va a capturarme me aparto cesando el movimiento de caderas.


-Eso es nena...reclámame, vamos. Si eres mi Kone reclama lo que es tuyo. ¡Ahora!

MARIA:
Mi cerebro tarda unos segundos en asumir lo que me está diciendo y haciendo. Gimo de pura frustración al notar como sus caderas se paran.

- ¿Como que si soy tu Kone?

Le doy un tirón de su pelo y con mi otra mano lo golpeo en el pecho provocando que él suelte una risita. No quiere que lo reclame, pues se va a enterar.

Sin dejar ir mi agarre subo mi cabeza hasta la suya y empiezo a dejar pequeños besos alrededor de sus labios, esquivando sus intentos de besarme.

- De rodillas guerrero.

Estiro de su melena hacia abajo a la vez que muerdo su labio.

- Arrodíllate por tu Kone, arrodíllate por mi As.

Mi voz sale entrecortada por mi respiración agitada pero mi tono es firme. Él me dice un "María" en tono de advertencia que me pone los pelos de punta y provocan que me encienda aun más de lo que estoy.

Con mi cuerpo hago fuerza hacia abajo a la vez que estiro su labio, a regañadientes cede y se doblega quedando de rodillas con su miembro dentro de mi y mis piernas alrededor de su cintura.

Dejo que mis labios desciendan por su cuello hasta llegar a su torso que lo recorro con mi lengua y sonriendo al escuchar sus gemidos y jadeos... ¡eso lo provoco yo!.

Poco a poco lo empujo y él se deja caer de espaldas arrastrando mi cuerpo en el descenso. Acomodo mis piernas a cada lado de su cuerpo y cuando esta totalmente perdido con las caricias de mi lengua me separo de él y me yergo.

Pongo mis manos en su pecho y lo miro a los ojos, hago un círculo con mis caderas y veo el efecto en su cara. Sus manos se aferran fuerte a mis caderas clavándome los dedos.

- Eres mío Leder...que no se te olvide

Empiezo a moverme muy lentamente arriba y abajo, dejándolo salir casi por entero para volver a meterlo por completo dentro de mi. De vez en cuando roto mis caderas en círculos.

Dejo caer mi cabeza hacia atrás y me sujeto a sus rodillas con mis manos, sonrío al escucharlo decir "solo tuyo bella... no pares" .

- Eres tan...ooo dioses...

AS:

Rujo como un animal removiendo mi cabeza contra el suelo y agarrando más fuerte sus caderas. Su movimiento lento me está torturando las ganas locas de alzarme, abrazar su pequeño cuerpo y mover de tal forma mi pelvis que las estocadas sean certeras y profundas. Me aguanto, me aguanto mucho pero cuando gira sus caderas y se mueve como una serpiente bailando con su vientre de adelante a atrás, es mi perdición.

Abro la boca y suelto un grito desgarrador que más que grito es un gruñido. Un gruñido ronco de placer y de deseo. En cuanto abro los ojos la expresión de María cambia, se deja caer de un solo resbalón ensartándose por completo y dejando ir todo su aire en un gemido que es música para mis oídos. Por sus ojos, su boca y su gesto sé que tengo los ojos de un rojo pasión que es puro fuego y la previene de lo que va a pasar.

-¿Temerosa Kone? Aún tienes miedo?

Alzo una de mis cejas y contengo mis ganas de atacar durante solo unos segundos más cuando hace un giro a su pelvis dejándose hincar al final del ruedo con furia. Eso ha sido pura provocación, ¡joder! Vas a saber lo que es bueno bella.

- Prepárate para el ataque.

Vuelve a repetir el movimiento y me suelta un..."menos lobos caperucita." Abro los ojos como platos y deslizo mis manos por su perfecta y erguida espalda. Adelanto mi boca a mi cuerpo y voy ascendiendo desde su vientre hasta sus pechos, muerdo sus pezones tirando de ellos con fuerza para dejar demostrado que de lobo mucho, de caperucita nada. Llego a su cuello y paso mi lengua por su nuez hasta su barbilla.

Sitúo mis manos sobre sus hombros y cuando María está alzada y una parte de mi miembro fuera de su cavidad, la agarro de ellos con fuerza, beso su barbilla y la hago bajar con una fuerza digna de un lobo clavándosela de una solo estocada.

-Toma lobo, Kone...acógelo. Es todo tuyo.

Su frente ha caído desplomada sobre mi hombro y respira jadeante sobre mi pecho. Alzo mi pelvis llevándola conmigo y vuelvo a repetir el proceso unas 5 o 6 veces, pierdo la cuenta cuando tan solo puedo prestar atención a los gritos placenteros de María.

-Caperucita...has ido a dar con un lobo que puede darte demasiado, más de lo que hablo.

Dejo tranquilos sus hombros y agarro su pelo en dos coletas, tiro ligeramente hasta que su cuello se tira para atrás y seguidamente la sigue su espalda creando un arco perfecto con una panorámica de sus pechos que da hambre a cualquiera.

-Jodidamente sexy.

Gruño y devoro sus pechos con hambre mientras ella tensa mi pelo y me hace engullirlos con más ansia, mezo mi pelvis a la vez que su pequeño cuerpo se deja caer sobre mi cada vez más hinchada erección. Jadeo y mordisqueo toda la zona que está al alcance de mis incisivos, me pican y la marco en el lado del cuello donde la marqué aquella primera vez, tan ansioso porque me perteneciera. "Mía, joder...Sólo mía, bella. ¡Jeg elskar deg!"

MARIA:

Un gemido escapa de entre mis labios y noto como todo mi cuerpo empieza a temblar como un flan.


-  Ti amo As....te quiero como nunca pensé que se pudiera querer...


Las palabras mueren en mis labios ya que un tremendo orgasmo lo ocupa todo, lo satura y me colapsa al igual que a él.


Cuando vuelvo a abrir los ojos el cuerpo de As me envuelve y me reconforta. Estamos en la cama perfectamente arropados y sus labios me dejan pequeños besos por el cuello mientras me acaricia un brazo con su inmensa mano.


-  No me digas que me he desmayado?
 

Lo digo mortificada...no puedo creerme que eso me haya pasado a mí, ¡con mi edad!... nadie se desmaya de placer...¿no?.


"No...solo caíste rendida Kone" me lo susurra en el oído a la vez que se mueve para hacerme ver que aún sigue en mi interior, eso hace que me sonroje y me arrime más a él.


- Nunca me había pasado algo así...


Me levanta la cara y me acalla con sus labios.


- Nadie diría que el anciano eres tú.


Nos reímos un poco pero en seguida se gira quedando encima de mí, atrapándome las manos contra el colchón y me dice si ya he descansado suficiente mientras me mira con sus penetrantes ojos rojizos.


- ¿He dormido mucho? 


Lo miro alarmada. Él sonríe y niega con la cabeza mientras baja al hueco de mi cuello y pasa la lengua por su marca. Me susurra que no más de 10 minutos.


- Diez minutos...si creo que es suficiente.


Sonrío mientras me muerdo el labio al ver como el rojo de sus ojos se vuelve más intenso.


- ¿Afffamato lupo? (¿hambriento lobo?)


Gimo al notar como su miembro crece en mi interior. Levanto mi cabeza y atrapo sus labios que beso con pasión, repasando sus labios con mi lengua, mordisqueándolos, succionándolos.


- La comida está servida Mann.


Levanto mis caderas hincándolo un poco más en mí.


AS:

Rujo embravecido de placer sintiendo como sus paredes me acogen y me hincan más dentro de ella sin que yo tenga que hacer el mínimo esfuerzo. Veo el deseo en sus ojos, es intenso, brillante, toda su cara resplandece y me ciega. Agacho mí frente a su hombro y me rindo a sus movimientos de pelvis. Me hace suyo a su manera, a su ritmo.

Apoyo mis manos con más fuerza a las suyas y voy tragando un gruñido, lo acumulo a cada golpe seco de su pelvis para introducirme. Trago y trago. Siento como algo se acumula en mi interior, en mi estómago, en mi garganta y por supuesto en mi polla, sé que esto va a repercutir en 3...2...1... María da un golpe y yo me vuelvo loco, eso me saca de mis casillas.

- ¡¡¡AAAAUUUUUU!!!! ¡KONEEEEEE!

Me revoluciono, la agarro de las nalgas y pego un salto que aterrizamos en la cama con mis pies, flexiono mis piernas y su sexo deja escurrir mi miembro de un patinazo en su interior hasta que rozo su última de las barreras.

-  Joderrrr....

Apoyo mis manos en la pared recuperando el aliento y armando mi cuerpo de fuerzas. Bajo una mano recorro su pierna y agarro por debajo de su muslo, alzo su pierna a mi costado y comienzo a embestir con una brutalidad digna del mejor de los lobos, hambriento, sediento, infartado por penetrar a su kone.

Aprieto mi mandíbula, pero no puedo, mis pensamientos toman un camino que ni yo mismo controlo. El lobo de mi interior nace, en su máximo esplendor, por dentro y por fuera. Me hincho como un toro haciendo que María sisee por el posible dolor que sienta cuando me expando dentro de ella. Me retuerzo.

- ¡Puedes kone...tú puedes... acógela, es toda tuya!

Las lágrimas de María salen disparadas por sus mejillas y las recojo con mi lengua mientras ella me hace hueco, se abre, se relaja, acepta mi nuevo tamaño XXL. Hundo una mano en su sexo y froto su clítoris como un descosido. Doy golpes con mi cadera chocando mi mano a mi vientre.

- ¡Aaahh...María!!!

Abro mi boca y aprieto mis incisivos de tal forma que siento como si mi boca estuviera sellada de por vida. Ahueco mi perfecto vientre duro y bien marcado dejando ver como la penetro con duras estocadas, viendo como me acepta a cada una de ellas. Mi mirada es pura lujuria, es como si necesitase ver como la atravieso entera, sentirme completamente por todo su cuerpo. Es como una necesidad enfermiza de que me tenga por todo su cuerpo, incluso cuando no esté. María pide clemencia, ruega.

- No pares nena... ¡¡¡Por Odín!!!! ¡¡¡Te amo!!!

Mi voz es completamente ronca. La agarro del cuello con una mano, el pelo en coleta con la otra, la echo atrás la cabeza y lamo sus labios con fuerza en mi lengua, como si quisiera dejar mi esencia también en ellos.

Ella hinca sus uñas en uno de mis costados y la otra mano la enreda en mi pelo tirando de él con fuerza, arqueándose y frotándose contra mis juguetones dedos. Pellizco su clítoris con cierta fuerza y lo giro de un lado a otro, untando después en sus jugos y acariciando la zona ardiente de mis atenciones.

- Hoy te voy a torturar, hoy seré un lordo... ¡Esto es solo el...comienzo! ¡¡Arrrggg!!

MARIA:

¿Torturar? ¿Más?... ¿solo el comienzo? Ahogo un sollozo en su cuello e intento relajarme más intentando aceptarlo y darle la réplica que se merece como el Leder del clan que es.

- Soy tuya....y sé que nunca me harías daño...lordo

Nuestros labios se atrapan y nos besamos como si no hubiera mañana, ni si quiera tengo claro quien empezó el beso pero eso ya no importa. Él sigue moviéndose con ese ritmo infernal que me está volviendo loca, lo abrazo enterrando mis dos manos en su pelo.

- Será solo el comienzo...pero...pero....yo no puedo...

Cierro fuerte los ojos y me dejo llevar por el tremendo orgasmo que me invade cada musculo, cada poro y gimo y grito tan fuerte que finalmente me acaba tapando la boca con la suya...creo que para que sus guerreros no acaben en la habitación pensando que me están atacando...aunque sea verdad.

- Lo siento...yo...yo quería esperarte...

Escondo la cabeza en su cuello y él me susurra un "acabaré piccola, acabaré".

Nos baja de la cama mientras sigue meciéndose ahora más lentamente dentro de mí, camina hasta el baño y enciende la columna de hidromasaje y nos mete debajo de los potentes chorros de agua caliente.

- Mmmm...Pero...tu...

Muevo mis caderas un poco mientras estrecho mis paredes alrededor de su miembro y escucho como gruñe un poco.

- ¿No te gusta?

Digo con una media sonrisa sabiendo ya la respuesta. Él me mira y gruñe un "no pares".

Muevo las caderas a delante y a tras mientras hago que mis paredes aprieten y suelten su miembro en mi interior. Antes de darme cuenta es él que marca el ritmo y uno de mis pecho va a parar a su boca...no me lo puedo creer ya estoy otra vez en el borde y apunto de dejarme caer otra vez.

- Juntos mi lordo...

Hasta que no escucho su aullido y noto como me llena no me dejo llevar por mi orgasmo número...ni idea de la noche.

Me dejo colapsar en sus brazos totalmente agotada, si va a ser así cada vez que lo hieran... suspiro.

- Donde has estado toda mi vida As...il mio guerriero, il mio cuore, el mio amato, il mio uomo

Con cada palabra dejo un beso por alguna parte de su cuerpo.

AS:

-Intentando mantenerme vivo para al fin encontrarme bella. Para hacerte mía toda la eternidad, hasta el final de nuestros días.

Paseo mis manos por sus caderas húmedas y nos apoyo en la cristalera de la ducha mientras los chorros nos acarician y nos bañan quitándonos el sudor provocado por tantos orgasmos. Dejo un reguero de besos por su cuello hasta su hombro y me agacho saliendo de ella con mucho cuidado de no desgarrarla por mi tamaño. Sisea y remueve sus caderas en busca de sentirse llena otra vez.

- ¿Me reclamas nena? A ver como lo haces...quiero verte.

Ella suelta un gruñido y eso me pone aún más cachondo. Me aparto poniéndome contra la cristalera de enfrente y apenas nos separan dos pasos, lo justo para poder abarcar en mi campo de visión su cuerpo de pies a cabeza. Me relamo y echo mi pelo empapado hacia atrás deleitándome con su pecho bamboleando por la respiración agitada.

-Vamos bambina, reclama que quieres.

Sus ojos se achican y vaga sus manos por su vientre diciendo que está agotada, que es imposible que aguante mucho más. Sonrío como un lobo y niego soltando una carcajada sonora que retumba por la ducha.

-Si, si puedes...ya lo verás, tienes mucho más aguante del que crees piccola.

Sigue el camino hacia su sexo y mete dos dedos en su rajita. Me muerdo el labio y suelto un gruñido llevando mi mano a mi miembro y acariciándolo distraído ante la visión de verla tocarse. Abre sus piernas y se introduce dos dedos de golpe empezando a moverlos de dentro afuera con una lentitud abrumadora. Estrello mi cabeza en la cristalera y suelto un aullido ensordecedor. Vuelvo a mirarla y mis ojos palpitan rojos de pasión.

Acelera sus dedos y se frota contra su mano proporcionándose un placer que a mí me está volviendo loco. Mis tripas rugen deseosas de volver a llenarla y vaciarme dentro de ella.

-Gime mi nombre bella...y te volveré a reclamar como mía una y otra vez hasta que te desgarres las cuerdas vocales de tanto gritar.

Su voz sale quebrada susurrando mi nombre una y otra vez mientras se penetra. Me sacudo la polla con agilidad y sin poder resistirlo más me abalanzo sobre ella, la giro contra el cristal, la pego un ligero azote en el culo.

-Ponle en pompa nena...voy a hacértelo desde atrás.

María pone las manos contra la cristalera y echa hacia atrás sus piernas abriéndose y poniendo el culo en pompa hacia arriba. Guío mi miembro a su entrada, me froto un poco contra su humedad no precisamente provocada por el agua y empiezo a entrar despacio.

-mmmmm piccola, estás… muy apretada así.

Doy un último golpe duro y seco insertándome en su interior. Bajo mis manos a sus muslos y hago que los cierre apretándome aún más dentro de ella. Ahogo un rugido y comienzo a sacudirme una y otra vez derribando la dureza de sus paredes, conquistándola de nuevo y marcándola con golpes secos y duros sin parar, mi bolsa choca contra su botón y se restriega a la vez que grita con cada estocada.

Por Odín, así se la siente tanto, tan estrecha...Mi miembro comienza a agrandarse de nuevo al sentir como su interior se humedece y palpita enroscándome en una espiral de placer de la que exploto o me muero aquí mismo.

-Vamos piccola... de nuevo. Explota.

Con una última embestida, obedece y se corre estrujándome como nunca. Sacudiendo su pelvis en espasmos producidos por el orgasmo. Sujeto su cuerpo agarrándola por el vientre y grita tan alto y fuerte mi nombre que siento como me derramo dentro de ella sin piedad. Llenándola de mi esencia. Bajo por su cuello besándola y vuelvo a morderla con hambre. Marcándola de nuevo con mis incisivos a la vez que aúllo contra su fina y suave piel.

MARIA:

Mis piernas dejan de sostenerme y me dejo caer, sin salir de mi As se deja resbalar conmigo hasta quedarse sentado en el suelo de la ducha y yo sentada encima de él.

- Yo...yo no creo poder andar As

Dejo caer mi cabeza en su pecho. Él me acaricia y me susurra que yo puedo con todo, que soy la matronae,  su Kone... la Kone del Leder del clan...Sus palabras están teñidas de orgullo y de una pasión contagiosa.

Subo mi cabeza y lo beso lento intentando demostrarle lo que significa para mí, mientras lentamente sale de mí, me coge bien y de un salto me saca de la ducha y me lleva a la cama.

- ¡As! ¡ vamos a mojarlo todo!

Él ríe y dice que da igual que ya cambiaremos las sabanas, me tapa con el edredón y entra detrás de mí acurrucándome contra él. Cuando lo abrazo noto que vuelve a estar empalmado... ¿pero cómo es posible?

-Pero As...como puedes....

Bajo mi mano y rozo su miembro mientras él se encoje de hombros.

- ¿Seguro que no te han dado con una bala de esas con veneno?....esto yo...

Noto como crece entre mis dedos. Él intenta apartarse diciendo que descanse que se le acabara pasando, que yo debo estar agotada y debo descansar.

Paso la lengua por mis labios no puedo dejar a mi guerrero así... simplemente no puedo, eso no debe ser muy cómodo.

- ¿Te duele?

Lo digo mientras cierro mis dedos a su alrededor y los muevo arriba y abajo por su envergadura. La única respuesta que recibo es un jadeo que se trasforma en gruñido.

- Creo que yo puedo hacer algo... espero.

Bajo muy lentamente dejando pequeños besos por su pecho, deteniéndome en su gloriosa tableta de chocolate pasando mi lengua por cada línea hasta llegar a su ombligo donde mi lengua se entretiene unos segundos sin dejar de mover mi mano.

Desde el ombligo desciendo en línea recta hasta su...o dios ¿cómo puede estar así aun? como si fuera un chupa-chups le doy un lametón a su punta purpura recogiendo la gotita que me espera allí.

- Por la diosa eres delicioso...

Veo como sus manos aprietan y retuercen las sabanas entre sus dedos cuando doy otro lametón y sigo bajando con mi lengua por toda su longitud hasta su base para luego volver a subir por otro lado. Remito el movimiento una y otra vez hasta que no dejo un centímetro de piel sin recorrer.

Poco a poco y sin dejar de mover mi mano meto la punta en mi boca y dejo que mis labios vayas bajando hasta que ya no puedo más y empiezo a sacarla. Lo vuelvo a intentar, cada vez que bajo su miembro entra un poco más en mi boca, mi lengua no deja de jugar con ella dentro de mi boca.

AS:

Suelto un enorme gruñido y realzo mis caderas metiéndome más dentro de ella, su campanilla roza mi glande y suelta un gemido haciendo que esa vibración me haga ver las estrellas del Asgard incluso a través del techo.

-  ¡¡¡María!!! Joder!!!

Tiro de las sábanas con mis manos desgarrando un poco la tela de estas. Giro mi cabeza y su mano juguetona masajea mi bolsa haciendo que mi pelvis no pare de removerse. Mi miembro vaga por toda su boca, de lado a lado, de adelante hacia atrás. Y ¡por Odín! Esa lengua...Pongo los ojos en blanco y siento como mi miembro está a punto de estallar de nuevo. Me encojo y reprimo el orgasmo.

Aúllo por el dolor que me causa reprimir eso y María saca mi polla de su boca quejándose y me la sacude con fuerza y agilidad.

-No… ¡para! Te lo daré...pero por los dioses, ¡quieta! Frena bella...te juro que te lo voy a dar con creces.

Susurra que eso la pertenece y sonrío victorioso por la kone que me ha tocado, tan humana y tan posesiva. Ronroneo y conduzco los dedos de mi mano hasta su sexo, realza su culo y cuando siente mis calientes dedos sobre su sensible botón su cuerpo se convulsiona en unos espasmos.

-Grrr...Estás muy delicada bambina...ven.

La hago moverse de forma que queda a cuatro patas encima de mí, su precioso culo queda a la altura de mi cara y su cuerpo se arquea ligeramente cuando respiro cerca de su sexo provocando que el aire algo más fresco haga contraste con su ardor y es que la verdad está ardiendo, hoy mi kone ha soportado como ninguna otra ha podido hacer jamás.

Llevo mis manos a sus pechos y los acaricio juntando mis dedos alrededor de sus pezones, los acaricio y doy pequeños pellizcos.

-Ahora vamos a saborearnos bella...los dos.

Ella gime agonizante entre placer y ardores. Sonrío y dejo que mi lengua calme ligeramente el escozor de su sexo. Su boca vuelve a deslizarse lentamente por mi miembro torturándome y haciendo que gruña como ninguna antes ha podido hacer.

Sigo masajeando sus enormes y redondos pechos con mis manos, las cuales ella llena justo hasta el borde. Introduzco mi lengua en su sexo y la remuevo por todas las paredes. Sisea y la saco rotándola en círculos sobre su botoncito, está tan rosado e hinchado. Sus dientes rozan mi miembro con una sutileza imposible de creer en ese acto y siento como algo dentro de mi vuelve a activarse.

-Nena...me voy a...correr.

Ella agarra mi miembro con una mano trabajando mi base y con su boca hace una tortura rápida masturbándome con agilidad. Gimo y engancho su clítoris moviendo mi lengua por el de forma veloz, a la vez que mis dientes lo hacen girar una y otra vez. Ambos estallamos en nuestras bocas y recogemos nuestras esencias. Mi jazmín...

-Grrrrrrr.

Recojo hasta la última gota, cuando consigo que algo de sangre llegue a mi cerebro y percibo como María temblequea sus piernas, antes de que se desplome, la agarro y la tumbo bien sobre mí. Posa su cabeza sobre mi hombro y retiro toda su larga cabellera de su cara.

- Ha sido increíble Kone....Jeg elskar deg.

La recojo entre mis brazos con mimo y dejo suaves caricias por todo su cuerpo que aún sigue con los espasmos del orgasmo. Me acerco a su oreja y la dejo suaves besos.

-Puedes dormir entre mis brazos nena, yo cuidaré de tí, descansa.

Realzo su barbilla y la beso por última vez antes de que caiga redonda en mis brazos. Sonrío y observo de reojo todo su cuerpecito agotado sobre mí.

- No pude conseguir mejor pareja...aunque me tocase esperar otros tres mil años, los esperaría por tí. La mia vita eterna.

MARIA:

Después de no sé cuántas horas de compartir sudores, gemidos y orgasmos con il mio amore caigo rendida entre sus brazos, sintiéndome total y absolutamente protegida y querida.

Justo antes de quedarme totalmente dormida me parece escuchar que me susurra unas palabras que me hacen entrar en calor des de dentro, froto mi cara contra su inmenso pecho.

Parpadeo y veo que la habitación está inundada de claridad... ¿pero qué hora es?  Levanto un poco la cabeza pero en seguida una mano inmensa me acaricia el pelo y baja por mi espalda.

- Hola...

Él me dice que duerma un poco más. Me muevo y en ese momento soy consciente que aún estoy totalmente encima de él... ¿y sus heridas?  Intento apartarme un poco ganándome un gruñido y que sus brazos se aferren aún más a mi cuerpo.

- ¿Tu...tú ya estás bien del todo?...yo podría haber dormido en el colchón a tu lado...tus heridas...

Él levanta mi cara y me calla con sus labios, gimo de gusto y me dejo llevar por sus labios y su lengua al país de los placeres prohibidos. Cuando se separa dice un "buenos días bella" que me deja con las piernas de gelatina y dando gracias por no estar de pie.

- Buenos días Amore

Dejo un pequeño beso en su pecho al lado de donde tengo apoyada mi cabeza mientras él me susurra que precisamente esta totalmente curado gracias a mí y a mi chi.

- Me asuste tanto al ver toda esa sangre - me estremezco-  peor que aquel día que llegaste con tu nieta herida y creí que la sangre era tuya...

Me aferro fuerte a su pecho y él continua abrazándome con fuerza.

- ¿Tú has dormido algo?

Él afirma con su cabeza pero me dice que no quiere levantarse aún, quiere disfrutar de su Kone un rato más.

- Yo también quiero disfrutar de ti...

Antes de poder acabar la frase noto sus manos recorriéndome la espalda, apretando en aquellos puntos que tenía más cargados y mimando todos los puntos donde sus dientes la habían marcado.

- Mmmmmm

Esto debía ser un sueño del que no quería despertar, pero en el que de un momento a otro me acabaré despertando.

AS:

Agacho mi cabeza hacia la suya y entierro mi nariz en su pelo aspirando su delicioso aroma a jazmín, me dejo envolver en una espiral de sensaciones que se manifiestan en cada poro de mi piel, erizándome el bello.

- ¿Mmmm? Eres una matronae muy mimosa, ¿no bella?

Sonrío como un tonto y atuso su pelo descubriéndola su bello rostro, la agarro de la barbilla y hago que la apoye en mi pecho para mirarla directamente a sus ojos negros, esos que me tienen hechizado desde la primera vez que la vi.

Observo su rostro, el cual ya me sé más que de memoria, tan a la vista como al tacto. Sus labios esbozan una sonrisa nerviosa y remueve sus manos por mi torso musculoso bajando hasta agarrarme los bíceps, se realza y gruño al ver como sus pechos quedan al ras de mi pecho y se rozan.

-Eres tan jodidamente hermosa... ¿dónde has estado todo este tiempo?

Suelta una carcajada y me uno a ella. Sus manos recogen mis mejillas y une nuestros labios, entreabro mi boca y llevo mis manos a su cabeza, la estrecho y aprieto más hacia mí invadiendo su boca con mi lengua para profundizar el beso. Mi lengua juega contra la suya provocándola que quiera más y obligándola a que ella invada la mía. Me persigue como si se tratase del juego del gato y el ratón y cuando la tengo en el punto justo, cierro mi boca atrapando su lengua entre mis dientes. Muerdo y tiro de ella con ansia.

Ronronea y se empuja con las manos en mis brazos para apartarse, pero no la dejo. Sus piernas se comienzan a agitar y siseo cuando me siento removido entre sus paredes, esa sensación...por Odín, me va a matar.

-Bambina, quieta...por...favor. Ssss, aún estoy dentro.

Se pone colorada y sonrío como un auténtico lobo mostrando mi blanqueada sonrisa. Dejo que mis manos calienten su suave y fina piel, deslizándome hacia abajo por su espalda, y más abajo, y más abajo, a medida que sigo el camino sus mejillas están más rojas. Llego a sus nalgas, las amoldo en mis manos y las aprieto con delicadeza.

-Algún día te morderé aquí, recuérdalo...porque ese día no podrás sentarte un mínimo de 24 horas.

Me echo a reír y ella se hace la ofendida dándome un manotazo en el pecho, es tan chiquitina...me encanta cuando saca ese pequeño rebote. Empieza a hablar escandalizada con su bendito genio latino-italiano que me pone muy...pero que muy caliente. Me aguanto las carcajadas cuando veo como la vena de su frente y su cuello empiezan a hincharse y me aporrea el pecho, para su suerte o desgracia solo me hacen duras caricias, sin ningún tipo de dolor, es más...verla así es tan divertido, mientras me va diciendo: "AS!! Sei un lordo, un asino, un animale, un stupido... Agg, ricevo male!"

-Jajajajajajajajaja...¿alguna cosa más querida? ¿No te dejas algo por el camino?

Se pone roja como un tomate y cuando se va a levantar de encima de mí malhumorada, nos hago girar y me encajo de nuevo en ella a la perfección, la recojo como puedo entre mis brazos y voy directo a atrapar sus labios, pero se quita. Gruño frustrado.

-Kone...esos labios son míos… Dámelos...

Frunzo mi ceño y arrugo mi frente, pero ella me pone las manos contra mis labios echándome hacia atrás. Abro mi boca y la pego un buen mordisco, ella suelta un "aaauuuuuu" y me pone un puchero al que nadie podría resistirse. Pego un salto con mis brazos, la agarro las muñecas por encima de su cabeza e inmovilizo su cabeza, ella junta sus labios y yo chasqueo la lengua negando con la cabeza.

-Eres mía, ahora y siempre, en los momentos felices y en los enfados...así que ve sacando esa lengua tan viperina que tienes cuando quieres y bésame como nadie me ha besado jamás.

Sus labios se aflojan con mi confesión y me abalanzo a por ellos en un movimiento rápido y veloz, arrasando con todo a mi paso, como si la vida no me fuera en otra cosa, y es que ahora solo estoy para ella. Mi alma gemela, mi kone, mi refleck.

MARIA:

Sus palabras hacen que todo mi mal genio se esfume, aunque no estaba enfadada realmente con él.

Dejo que su lengua arrase con todo lo que encuentra y dejo que la mía se encuentre y una a la suya. Capturo su lengua y la succiono como si estuviera haciéndolo en otra parte de su cuerpo...como no hace tantas horas hacía.

Me estremezco al escuchar su gruñido ahogado por mi boca e instintivamente mis paredes se cierran más fuerte a su alrededor.

- Se duerme tan bien así...

Él se ríe y me deja suaves besos por mi cuello mientras enredo mis manos en su pelo y levanto su cabeza.

- Suave Amore...

Ronroneo al notar como crece y como empieza a moverse lentamente encima de mí.

En los siguientes minutos nuestros cuerpos vuelven a enredarse, sudorosos, jadeantes hasta volver a tocar el cielo con los dedos a la vez y caer poco a poco otra vez a la brumosa realidad.

- ¿Me cansare algún día de esto?

Beso su pecho aun jadeante, cierro los ojos y suspiro satisfecha.

- Esto sí que son unos buenos días... Amore

Dejo un suave beso en sus labios.

- Debes de estar muerto de hambre... quieres que prepare unas tortitas, huevos revueltos, zumo, café...

Me río al ver cómo va afirmando con la cabeza a cada cosa que digo y antes de acabar me besa dulce en los labios.

- Pues va, déjame levantarme

Sale poco a poco de mí y yo siseo al notarme vacía, nos abrazamos unos minutos pero un rugido me hace reír y levantarme.

- Casi ruge más fuerte tu estomago que tú. - Me pongo una bata y salgo para la cocina.-  Ni se te ocurra moverte... déjame mimarte.

AS:

-Pero...María...

Suspiro, ella y su cocina, su cocina y ella. Me estiro en la cama obedeciendo su pequeña orden, cierro los ojos y me quedo como en un estado de trance.

Se está tan bien cuando uno se despierta después de una noche tan intensa de jadeos, gemidos y gritos. Giro un poco mi cuello hasta que chasca, paso mis brazos por mi nuca y con las piernas retiro las mantas.

-Que calor.

Murmuro y escucho ruidos en la cocina, sonrío. Ya ha agarrado la sartén. Descanso un poco, pero al quedarme medio dormido eso solo empeora las cosas. Después de no vivir otra cosa en horas que en solo hacerla mía en todas las posiciones, mi cerebro no asimila otra cosa.

María y yo estamos en el bosque, en uno de los lagos, su cuerpo desnudo brilla con el agua a la luz de la luna llena. Rujo como un animal en celo y me tiro a por ella. Inconscientemente me paso la mano por mi entrepierna y pienso que es María quien me roza.

- ¡Ohhh...bella!

Suelto un fuerte gruñido, me remuevo para los lados y cada vez me duele más y más, entre el agua y el reflejo de la luna la poseo sin descanso, hasta que la luna se quede sorda.

Algo me toca y me despierta de mi ensoñación, es María, con la bandeja del desayuno ya apoyada en la mesa. Sus ojos como platos miran mis partes bajas, asique la sigo y descubro que tengo una erección de caballo. Me echo a reír sin saber que más hacer.

- Tranquila bella...esto pasa cuando llevo demasiadas horas contigo y sueño cosas demasiado calientes.

Ella se pone las manos en las caderas y me quedo mirando sus abultados pezones, tengo hambre y no precisamente ahora de comida, pero necesito parar, o sino no me durará una eternidad la mujer que tengo a mi lado. Palmeo la cama.

-Ven, que no te devoraré a tí.

Se sienta con la bandeja en sus piernas y apoyada en el cabecero. Yo hago lo mismo.

- Bueno...demomento.

El rubor cubre sus mejillas. Sonrío y miro la bandeja, todo tiene una pinta estupenda. Me relamo y abro la boca como si fuera un niño pequeño al que tienen que dar de comer.

-Aaaaaa...

Hago la bobada del día y se ríe al descubrir mi lado infantil. Pincha huevos con el tenedor y me los da a comer. Yo trago y trago hambriento sintiendo como mi estómago y mis fuerzas lo agradecen. Me tiende el zumo y bebo. Me separo y suelto un suspiro.

-Todo delicioso.

Veo como en la bandeja está apartada unas tostaditas, un zumo y poco más. Gruño e impaciente le doy de comer a mi kone.

-Coge fuerzas...las necesitarás.

Mira de nuevo mi erección que sigue elevada e hinchada.

-Oh sí, nena, sí, jajajaja.  Si bella, duele y serás su víctima de nuevo, para que eso cese.

- Cuando hemos acabado, deja la bandeja a un lado y se levanta echando a correr.

- ¿Dónde crees que vas caperucita? ¿No sabes que no hay nada más excitante para un lobo que el reto?

Me levanto y la persigo por todos lados, ella grita con esa vocecita que me vuelve loco hasta que vuelve a la habitación, la engancho por banda y caemos juntos en la cama.

-Grrrrr te pillé y tomaré mi venganza por rebelde bambina....preparada...

Mi voz anticipa los hechos, ambos nos estremecemos y bajo el sol resplandeciente de la mañana vuelvo a poseerla, rozando cada parte de su cuerpo, observando con adoración como su cuerpo se mece contra el mío lleno de brillante sudor con olor a jazmín.

-----------FIN DE ESCENA-------