MARÍA:
Estaba dando un paseo por la zona así que me decidí ir al Ragnarök ya que hace siglos que no voy y así de paso saludar a las niñas. Entro y me encuentro con las niñas que como siempre están trabajando, las abrazo y les pregunto cómo están; ellas me dicen que todo bien y charlamos durante un rato.
-Bueno, pues me alegro de veros bien a todas de verdad, me voy os dejo tranquilas.-
Ellas me dicen que Caleb está abajo, me quedo un poco parada ya que después de lo que pasó con As no sé cómo estará pero en el último momento decido saludarlo y tantear para ver cómo está. Las chicas me dicen que está en la pista mirando unos papeles, así que me dirijo a la pista y lo veo pensativo en una esquina, me acerco sigilosamente.
-No pienses tanto o se te van a freír las neuronas.-
CALEB:
He llegado hace como media hora; necesitaba... no sé, pensar, estar solo. Tengo la mirada fija al frente. Sonrío cuando escucho hablar a María y me giro; veo que me sonríe y yo me levanto para saludarla con dos grandes besos en las mejillas. Le hago un gesto para que se siente a mi lado.
-No me quedan neuronas para freír créeme. ¿Qué te trae por aquí?-
Apoyo mis codos en mis rodillas y ladeo la cabeza para mirarla. Veo la preocupación y las dudas en sus ojos; agacho la cabeza y paso mi mano por la nuca, suspirando. Estaba tan ensimismado pensando en Cahal, Aileen, Daanna... pero ahora vienen a mi mente los recuerdos de la última pelea con As.
-Me alegra verte María. Te pido disculpas por lo que pasó con tu... marido.-
Carraspeo. Me gusta ser directo y más con estas cosas.
MARÍA:
Me siento a su lado y se nota la incomodidad de los dos pero Caleb siempre fue muy directo y sabe que tarde o temprano el tema saldría y mejor si lo podemos hablar entre los dos tranquilamente. Lo miro sonriendo para que sepa que todo está bien.
-No soporto veros así Caleb, yo sólo tengo a As en casa y soy capaz de hablar con los dos sin problemas ya que vuestras discusiones sinceramente ni me van ni me vienen... aunque sinceramente creo que hay maneras más civilizadas de arreglar las cosas.-
Anna me pregunta si quiero algo de beber.
-Un zumo de manzana, gracias Anna.-
Se da media vuelta y en menos de dos segundos me deja el zumo delante de mí.
-Gracias.-
Le doy un sorbo y me vuelvo para mirar a Caleb.
-Sólo os pido que antes de empezar a golpes penséis en la posición incómoda de Aileen; no es justo para ella, mal si tira por uno y mal si tira por otro, no lo está pasando bien.-
Respiro profundamente.
-Creo que sois un par de egoístas que sólo pensáis en vuestros intereses.-
CALEB:
Sacudo la cabeza negativamente por las últimas palabras de María. No estoy de acuerdo en parte de lo que ha dicho. Me reclino en el asiento de nuevo dándole un trago a la botella de agua.
-No somos egoístas María. Estamos en una posición muy complicada, en la que muchas vidas dependen de nosotros. Intentamos hacerlo lo mejor que podemos, pero a veces nos supera y reaccionamos... mal.-
Suspiro. "¿Yo defendiendo a As? No, es sólo que... es un líder al igual que yo y sé lo que es estar en ese papel".
-Me siento como un miserable cuando pienso en Aileen, María. En cómo lo pasa cada vez que... As y yo discutimos. Y de veras que estoy cansado de ser el malo de la película siempre.-
Murmuro esta última parte recordando todo lo pasado.
MARÍA:
Pongo una mano en su hombro.
-Caleb aquí no hay buenos y malos, cada uno de nosotros tiene su punto de vista y todos son distintos y el tuyo y el de As en particular son como el día y la noche.-
Me acomodo mejor en la silla y miro mi vaso.
-Sé que no son momentos fáciles Caleb, para ninguno de nosotros y estamos todos en tensión por lo que se nos avecina pero no creo que eso sea una excusa para ninguno de los dos.-
Le doy un trago a mi zumo y vuelvo a mirarlo.
-Aileen tiene la misma preocupación que vosotros por lo que se avecina, perdió a sus padres, descubrió lo que era de una manera... Su amigo Gabriel murió por esta guerra y ahora...-
Niego con la cabeza.
-Dadle un respiro por el amor de Dios.-
CALEB:
Me restriego los ojos con mis dedos, pensando en la situación tan complicada en la que ponemos siempre a mi cáraid y por ende a María. Cojo una de sus manos y la pongo entre las mías.
-Me arrepiento todos los días de la manera en que Aileen se enteró, María... y sé que... sufre mucho cuando As y yo peleamos. Sé que tú también.-
María asiente y exhala un suspiro.
-Le prometí que intentaría que no volviera a pasar. Aunque he de decir a mi favor que esta última vez... era él el que me tenía más ganas.-
Sonrío de medio lado y María suelta una risilla diciendo que nunca cambiará.
-Sabes... hubieras sido buena líder. Pero no te lo creas demasiado abuel...-
Me fulmina con la mirada y yo suelto una carcajada alzando las manos en señal de paz.
MARÍA:
Levanto una ceja cuando oigo lo que estaba a punto de salir de su boca y él se calla al instante mientras sonríe de medio lado.
-Y como líder te hubiese castigado duramente por la palabra que estaba a punto de salir de tus labios, sería muy estricta con eso.-
Caleb se echa a reír echando la cabeza hacia atrás, pasa su mano por mi brazo y coge mi mano para besarla, lo miro aguantándome la risa.
-No deberías de hacer eso. As es muy estricto con los olores.-
Caleb coge la otra mano y me da un beso en ella mientras sonríe de medio lado; pongo los ojos en blanco.
-Eres incorregible vanirio, en eso te pareces a As.-
Caleb me mira con los ojos entrecerrados.
-Tu mirada no me da miedo amigo, a mí más bien me produce ternura... Caleb, Caleb si os supiéseis entender os llevaríais bien. Mi marido y tú sois muy parecidos y os vendría bien; los dos soportáis mucha presión.-
CALEB:
-No pretendo darte miedo, coronela. Y sí, quizás tenga razón en que seamos parecidos. Eso explicaría el porqué nos llevamos a rabiar tantas veces.-
Le guiño un ojo a María y ella me sonríe. Observo la pista del Ragnarök y a la gente que hay en ella, recordando cómo hemos llegado a esto. La preocupación se ha instalado en mí: por Cahal, por los míos, por la maldita guerra... María pasa una mano por mi espalda y me pregunta si estoy bien.
-Sí sí, es sólo que... empleaba mis pocas neuronas que me quedan, nada más.-
Me río y acabo mi botella de agua. Le pido a Anna que por favor me traiga otra; me sonríe y al instante me la trae.
-Es sólo que... todo esto de los nosferátums y los lobeznos... Teniendo a Cahal a saber dónde... Me hace estar alerta las 24 horas del día. Desde lo que pasó en Battery...-
Suspiro y niego con la cabeza. Todas mis dudas, mis preocupaciones... se reflejan en mi voz. Pero María tiene bastante con As.
-Déjalo... Al final no me has dicho qué te traía por aquí.-
MARÍA:
Me levanto y sin pensármelo dos veces lo estrecho entre mis brazos para darle consuelo; sé que con Aileen es distinto y que no quiere preocuparla, por eso lo abrazo muy fuerte para que sepa que todos estamos con él y que aunque no lo apruebe entiendo las diferencias que mi marido y él tienen. Caleb pone una mano en mi brazo y lo aprieta ligeramente a modo de agradecimiento, me separo de él y le paso mi mano por su espalda varias veces.
-Caleb no estás solo, aunque te lo parezca no lo estás, esta guerra es de todos, apóyate en Aileen a ella le gustará que compartas esto con ella. Es la mejor persona para compartir tus preocupaciones, la que mejor te entenderá.-
Me vuelvo a sentar mientras Anna le trae la botella de agua a Caleb y yo termino mi zumo. Anna me pregunta si quiero otro.
-No guapa nada más, gracias.-
Anna le dice a Caleb algo del trabajo y se va.
-Vanirio, vanirio esa cabecita hierve.-
Los dos nos sonreímos y Caleb me dice que aún no le dije que me traía por el Ragna si vengo como espía de As, pongo los ojos en blanco.
-Estaba por la zona, cotilla y como hacía tiempo que no venía decidí hacerle a las niñas una pequeña visita, pero si molesto me voy...-
CALEB:
-¿Yo cotilla? Encima que me preocupo... qué desagradecida primera dama berseker.-
Me río y ella me da un manotazo de broma en el brazo. Pienso en sus palabras; es cierto que muchas cosas me las trago yo sólo para no preocupar más a Aileen de lo necesario. Pero quizás a veces...
-A lo mejor sigo tu consejo. Lo de apoyarme en Aileen. Ella mejor que nadie conoce mis... no sé, preocupaciones. Pero creo que bastante tiene con los niños como para que yo la agobie más.-
Suspiro y María asiente como dando a entender que me comprende. Sonrío ampliamente y paso mi brazo por sus hombros riendo.
-No estorbas, para nada. Me encanta verte por aquí, muchas veces las chicas me preguntan por ti. Te quieren mucho. Yo no eh...-
Me río cuando veo su mueca de disgusto.
-No se lo digas a As, paso de más peleas.-
Le guiño un ojo bromeando.
MARÍA:
Hago un gesto como cerrando una cremallera en mi boca.
-Tu secreto está a salvo conmigo, lo prometo.-
Caleb levanta su botella a modo de brindis y yo choco mi vaso vacío con él como sellando nuestra promesa.
-Hazlo Caleb apóyate en ella, los niños son muy importantes para Aileen pero tú eres su vida.-
Caleb sonríe como un hombre enamorado que piensa en la mujer que ama, ladea su cabeza y me mira.
-Yo lo diré por ti...-
Imito la voz de Caleb.
-María eres única dando consejos.-
Caleb se queda un rato en silencio mirándome y de repente los dos nos empezamos a reír a carcajadas, como dos niños sin poder parar como si estuviésemos descargando la tensión acumulada, como si lo necesitáramos.
CALEB:
Después de unos minutos riéndonos sin parar, nos quedamos los dos mirando a la nada con una sonrisa en los labios. La verdad es que siempre que estoy con María me voy como más tranquilo, siempre da muy buenos consejos aunque casi nunca se los reconozca. Miro mi reloj y veo que es la hora para que Aileen salga de la escuela.
-He de decir que se me ha pasado volando el ratito contigo, primera dama. Y también te agradezco que no me juzgues como muchas otras personas. Demuestra lo gran persona y mujer que eres.-
Me quedo mirándola seriamente, mis palabras han salido sinceras y creo que ella lo ha notado porque parece que se ha quedado muda. Sonrío y la abrazo.
-¿Te he dejado sin palabras? OH ¡¡me merezco un premio!!-
Me río y ella dice que los momentos serios conmigo no duran nada. Me separo y le dejo un beso en la mejilla levantándome.
-Unos dicen que soy serio, un nazi... otros que soy un payaso. ¡Aclaráios ya!-
Le guiño un ojo y después le tiendo mi mano.
-Por tu capacidad para escuchar y por tu gran amabilidad al aconsejarme ¿desea usted, primera dama, que la lleve a algún lado? Voy para la escuela a recoger a Aileen.-
MARÍA:
-Nadie es perfecto Caleb, lo importante es ser fiel a uno mismo y tú lo eres, lo que demuestra que eres un buen hombre.-
Le hago una reverencia a modo de broma y niego con la cabeza.
-La primera dama le agradece su caballerosidad y su oferta y lamenta tener que declinarla porque tiene un carruaje esperándola, además que Dios nos asista si As me ve llegar a casa a lomos del ogro de Caleb.-
Le guiño un ojo.
-Un lobo podría morderle el culo a ese ogro y entonces la princesa Aileen le pediría explicaciones a...-
Me quedo pensando.
-No, espera no me gusta ese cuento porque entonces se supone que yo sería una bruja.-
Me río sola mientras Caleb me acompaña al coche y nos despedimos.
-Bueno Caleb,esto tenemos que repetirlo. Me gusta hablar contigo, recuerda lo que hablamos.-
Caleb asiente, me da un beso sonriéndome y sale disparado hacia el cielo.
-¡¡PRESUMIDO!!-
Entro en el coche para irme a casa pensando en lo mucho que As y Caleb se están perdiendo el uno del otro.
FIN DE ESCENA
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