Aventura en Escocia (Caleb & Noah)

Caleb

Noah y yo estamos en el helicóptero camino a Escocia para rescatar a los híbridos que la Generala de las Valkirias y Miyamoto, el samurai con el que contactamos por el foro gracias a la bilocación de mi piuthar Daanna, han rescatado del helicóptero donde se supone que se deberían encontrar los objetos de los Dioses.
Mientras manejo, Noah me pica como normalmente hace.

- ¿Por qué no te vas a follar un cojín y me dejas a mi tranquilo? -

Él me sujeta el hombro con su mano y me aprieta.

Noah

Me encanta picar a Caleb, es como un niño pequeño cuando quiere. Resulta sorprendente que después de lo que pasó entre nosotros, ahora parezcamos amigos de toda la vida. Amigos que se chinchan, pero amigos al fin y al cabo. Hace tiempo veía a Caleb como a mi enemigo declarado, no solo por abusar de la que creía que sería mi kone... sino también porque es el líder de los vanirios. Ahora todo ha cambiado, incluso siento cierto respeto por él.

- Estás muy irascible murciélago... Yo pensé que Aileen lograría domarte, pero ni teniendo a la Terminator en tu cama te sosiegas. Eres un jodido suertudo desagradecido. -

Le revuelvo el pelo mientras pilota y me río a carcajadas, me recuesto sobre mi asiento y subo los pies a lo alto de los monitores del helicóptero. Caleb gruñe y me los aparta de un manotazo, yo alzo las manos inocentemente.

- Oye colmillos... ¿Cómo crees que será el japonés? A tu hermana le cayó bastante bien... ¿Y las valkis? Tan escurridizas e intocables... -

Me da un vuelco el corazón cuando pienso en Nanna, no comprendo por qué ella no ha bajado con sus hermanas para cumplir la misión de los Dioses en el Midgard. ¿Por qué otras sí y ella no? Con lo que hubiera disfrutado teniéndola de compañera de aventura... Suspiro.

Caleb

- ¿Qué pasa chuchín? ¿Si te gusta el japo te le vas a ligar? -
 

Comienzo a reírme de él. Es tan tonto a veces...

- No creo que quede mucho para llegar. Espero que lo que encontremos allí no sea como lo que se encontró mi piuthar... Espero que no se encuentren en esas condiciones... -

Veo que me está ignorando cuando hablo. Está a lo suyo mirando una foto de un tío en pelotas que hay pegada en la luna del helicóptero, frunzo el ceño.

- Ahora entiendo por qué no encuentras kone... ¡Porque a ti te van los maromos amigo! -

Suelto una mano de los mandos y le doy una colleja. Él niega con la cabeza y vuelve en sí, me pregunta qué digo.

- Nada nada... Perrin. -
 

Sonrío de medio lado, pero enseguida me pongo serio al volver a pensar en lo que podemos encontrarnos cuando lleguemos. Espero que Menw tenga suficientes medicinas porque seguramente muchos de ellos necesiten cuidados intensivos...

Noah

¿Por qué hay una fotografía de un tío desnudo en el helicóptero del leder? Comienzo a asustarme... Una de dos, o As ha querido gastarnos una broma junto con María o realmente nos ha estado ocultando demasiadas cosas.

- No me gustan los tíos idiota, solo estaba pensando por qué diablos el leder tiene una foto de un fulano en pelotas pegada en el helicóptero. -

Caleb sigue sin estar muy convencido de mi orientación sexual, así que decido contraatacar.

- ¿De verdad piensas que soy gay? ¿Entonces por qué quiero coger a Aileen, ponerla con el culo en pompa, y montarla tooooda la noche mientras...? -

No me da tiempo a terminar la frase, me encuentro a Caleb con sus manos alrededor de mi cuello intentando ahogarme.

- ¡Colmillos! ¡El helicóptero! Que nos matamoooooooos. -

El helicóptero comienza a dar tumbos, Caleb cae encima mío.

- ¡¡Pero corre tortuga!! -

Caleb se incorpora a toda prisa y recupera los mandos, coloca bien el helicóptero y vuelve a la normalidad. Suspiro y me santiguo, que cerca hemos estado de caer al vacío...

- Anda que... Ya te vale, por poco nos estrellamos por tu culpa. –

Caleb

- ¡¡¡Cállate ya CAPULLO!!! ¡¡¡Ha sido tu culpa!!! -

Me coloco bien la chaqueta y cojo correctamente los mandos llevando el helicóptero.

- Vuelve a decir una palabra de esas sobre mi cáraid y prepárate, porque te arranco la cabeza de cuajo... Te lo aviso perro sarnoso... -

Frunzo el ceño y miro al frente con la mandíbula apretada, cabreado. Me dice que lo que dice es verdad y que no lo va a retirar. Con una mano agarro los mandos y con la otra le aprieto la parte de atrás del cuello. El muy condenado grita y aúlla como un perrito en peligro.

- ¡TE HE DICHO QUE A MI CÁRAID LA RESPETAS! -

Él finalmente asiente con la cabeza.

- Como durante este trayecto vuelva a escuchar una palabra de mo Aileen, te tiro con el helicóptero en marcha al mar y vas nadando a la isla... Quedas avisado... -

Noah se levanta para dar un paseo por el helicóptero y el muy tarado abre la compuerta y me amenaza con lanzarse. Miro hacia atrás y veo que el puto chucho está a punto de lanzarse al vacío. Dejo los mandos sin pensármelo dos veces y veo como se lanza, pero afortunadamente llego a tiempo. Lo agarro del ante brazo y por su culpa caigo al suelo. Pesa tanto que me voy escurriendo hacia abajo, caigo fuera del helicóptero pero consigo agarrarme a las "patas" del helicóptero. Éste comienza a dar vueltas de campana y a caer al vacío de nuevo.

- ¡Me cago en la puta! ¡¡¡Por tu culpa, MALDITA SEA!!! -

Alzo mi puño y poco a poco Noah consigue subir, después me agarra a mí y me mete dentro del helicóptero. Corro hacia los mandos y me cuesta, pero consigo estabilizar el helicóptero.

- Puto suicida, más vale que cuando volvamos a casa te pongas a régimen... Como pesas joder... -

El corazón me va a mil por hora, respiro hondo y vuelvo a pilotar. Lo miro de reojo, le doy un puñetazo en la cara y vuelvo a poner la vista al frente.

- Tu Leder recibirá noticias sobre esto... –

Noah

Me llevo una mano a la nariz y me recoloco el tabique, si logramos llegar vivos a nuestro destino podremos considerarnos afortunados porque a este paso...

- Venga colmillos, fumemos la pipa de la paz y dejemos a mi superior ignorante de esto... No quiero más movidas, ¿amigos? -

Le ofrezco mi antebrazo y él lo mira desconfiado, resoplo y le doy un amigable abrazo mientras continúa atento a los mandos del helicóptero.

- Si sabes que en el fondo, muy en el fondo, me caes bien murciélago... -

Él me da unas palmaditas en la espalda y asiente, cojo mis gafas de sol y me las pongo desviando mi vista hacia la ventanilla... Creo que no falta mucho para llegar.

Caleb

- Sé que me deseas, no hace falta que me estés lamiendo el culo todo el día perrito. -

Sonrío de medio lado mientras sigo pilotando el helicóptero. El sol ha llegado poco a poco a lo más alto del cielo y siento una leve picazón en los ojos. Abro una guantera que hay junto al panel de control y saco mis gafas Ray Ban mientras que con la otra mano sujeto la palanca para que el vehículo no se me desvíe y volvamos a caer al vacío. Miro de nuevo mal a Noah, me coloco las gafas y miro las del chucho para admirar mi reflejo.

- ¿Estoy guapo chuchín? -

Él me dice que estoy para comerme enterito, que no sabe como se contiene sentado en su asiento. Me da la risa, a veces el chucho puede llegar a ser tan irónico. Me pregunta que si él esta guapetón.

-No -

Le digo con el tono más seco que he podido encontrar. Él insiste en que le deseo con todas mis fuerzas.

- Noah amigo, tienes un problema y muy grave. Yo creo que deberías irte a mirar eso eh... Entre que miras las fotos de hombres desnudos del Leder y ahora esto... ¿Estás seguro de que no te has pasado al lado oscuro? -

Noah me atraviesa con la mirada, pero por no discutir mira al frente y al ver que estamos sobrevolando la isla cambia rápidamente de tema. Me dice que hay que aterrizar justo donde se divisa otro helicóptero.

- Pues allá vamos... -

Comienzo a descender y Noah se agarra fuerte, le veo la cara tristona y decido animarle.

- Tío, estás guapete... Ya lo sabes. -

Me da las gracias con la mirada. Últimamente Noah está muy raro, desde que murió Gabriel y se lo llevaron al Asgard. No es el mismo de siempre; normalmente es tonto y está a su bola, pero cada vez está más perdido. Ya no liga con ninguna mujer, no se restriega contra los cojines de la casa de As y María... En fin, que me gusta que esté contento y que se meta conmigo.
Aterrizo finalmente y bajamos del helicóptero, caminando como auténticos hombres, con la brisa del mar rozando nuestras pieles sabrosas y mi melena ondeando al viento. Entramos en una cueva.

-Ahí deben de estar. -

 

FIN DE ESCENA

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